Su secuestro y el de mi esposo

El 30 de Septiembre de 2010 y el 13 de Agosto de 2012, la prensa internacional registró dos hechos que llevaron el mismo membrete: "SECUESTRO". En el primero, el Presidente de Ecuador Rafael Correa se declaró secuestrado cuando este acudió reprimir una revuelta de policías sublevados en el regimiento Quito. En el segundo, mi esposo el ex Asambleísta Nacional Alterno del Ecuador y opositor del gobierno Fernando Balda, fue secuestrado por una banda criminal en el norte de Bogotá – Colombia. A continuación; yo, que conocí de cerca ambos casos; el uno por ser ecuatoriana y, el otro en especial, por ser mi esposo la víctima, he querido hacer un desglose analógico y comparativo de ambos hechos, dirigiéndome a quien gobierna el Ecuador, ya que, yo sí, por experiencia propia, tengo muy en claro el concepto de lo que es un secuestro, concepto que al parecer, quien se declaró secuestrado el 30-S no tiene claro, o lo que es peor: tergiversa y manipula.

Presidente Rafael Correa, el 30-S en horas de la mañana usted acudió por sus propios medios, fuertemente escoltado por la seguridad presidencial al hospital de la policía donde se encontraban cientos de policías armados que protestaban contra su régimen, usted llegó hasta allá por su voluntad a pesar del peligro que ello significaba para la integridad presidencial. El 13-A, a las 21h00 mi esposo caminaba solo con un amigo de regreso a casa por una ciudadela del norte de Bogotá sin encontrarse en ese momento involucrado en ninguna situación extraña o de peligro de la que él tuviera consentimiento y sin saber que detrás de él venía un grupo de criminales armados para atentar contra su humanidad.

El 30-S usted entró por su propia voluntad al área de neo natos del hospital de la policía en Quito, para protegerse de los gases lacrimógenos y la imprudencia que había cometido, al estar ya en ese lugar usted se declaró "secuestrado". El 13-A mi esposo fue abordado sorpresivamente por la espalda, por cinco sujetos quienes lo amenazaron con armas de fuego y lo obligaron a la fuerza a subir a un vehículo cuatro por cuatro con vidrios oscuros y se lo llevaron rumbo de la autopista norte hacia las afueras de Bogotá, lugar montañoso, oscuro y desolado.

El 30-S Usted llegó al lugar de la revuelta, arremetió verbalmente contra los policías, se puso a la altura de la sublevación, se rasgó las vestiduras y les gritó a todo pulmón desde una ventana en varias ovaciones: "mátenme si quieren". El 13-A mi esposo ni siquiera tuvo la oportunidad de gritar y pedir "auxilio" porque uno de los cinco sujetos que lo secuestraron tapó su boca y rostro con un paño empapado de cloroformo para intentar drogarlo lo cual le dificultó la respiración y el habla.

El 30-S los medios estatales difundieron la versión de que el Coronel Cesar Carrión, Director del Hospital de la Policía cometió intento de magnicidio por supuestamente haber intentado darle cianuro a usted para asesinarlo pero en los peritajes nunca se encontró el cianuro. El 13-A durante el rescate de mi esposo se encontró como evidencia dentro del vehículo veinte pastillas de un somnífero que según el relato de uno de los secuestradores capturados iban a ser usadas para dormirlo. También se encontraron sacos, cintas de embalaje, y cuerdas.

El 30-S usted, desde el hospital y, durante el tiempo en el que supuestamente estaba "secuestrado" firmó decretos, convocó a la prensa, dio entrevistas a medios nacionales e internacionales, recibió visitas de sus ministros, y hasta dio un discurso por la ventana con un micrófono en mano. El 13-A mi esposo permaneció dos horas dentro de un vehículo con vidrios totalmente oscuros mientras uno de los secuestradores lo apuntaba con un arma en la cabeza y los otros, turn{andose e intermitentemenete lo golpeaban en el estómago, costillas o donde le cayera el golpe para mantenerlo sometido.

El 30-S usted, según el mismo secretario de la administración pública Vinicio Alvaro en declaración a los medios dijo en contexto: "el Presidente se encuentra dirigiendo el país". El 13-A mi esposo estaba desaparecido e incomunicado y mis hijos y yo estábamos aterrorizados pues habíamos sido alertados del secuestro por los testigos que lo presenciaron.

El 30-S después de que usted mismo instara a los policías sublevados a dispararle y matarlo a balazos, su gobierno organizó un operativo especial con miembros de la fuerza pública para sacarlo del lugar donde usted mismo se había ido a meter y donde por cierto nadie lo esperaba pues usted llegó sorpresivamente. El 13-A gracias a la alerta dada por un taxista testigo del secuestro de mi esposo, y que vio los golpes que le dieron y de cómo lo subieron a la fuerza al vehículo, la policía anti secuestro de Bogotá organizó un operativo candado que concluyó con el rescate.

El 30-S usted dijo estar secuestrado, en lo cual insiste hasta la fecha, lo que me trae a la memoria el secuestro que sufrió el ex Presidente León Febres-Cordero el 16 de Enero de 1987, de ello se supo que los secuestradores (comandos de la Fuerza Aérea) le pisaron la cabeza en el suelo, lo apuntaron con un arma y se la rastrillaron en la frente, en las imágenes que fueron públicas en los medios el Presidente visiblemente se encontraba sometido, había sangre en sus ropas, estaba solo, aislado y en poder de sus captores, y toda su escolta fue neutralizada. En el caso de mi esposo Fernando Balda de tantos golpes que le dieron y del forcejeo su abrigo y camisa estaban destrozados, el informe médico legal da cuenta de la brutal agresión de la que fue víctima, a él como en la mayoría de los casos de secuestro los plagiadores lo insultaron para amedrentarlo: "Chu… de tu madre, si te mueves te matamos hijo de p…" Le dijeron mientras lo apuntaban con un arma. Que yo sepa, y como lo sabe el mundo, a usted Rafael, nadie le puso un arma en la cabeza a pesar que usted lo pedía a gritos, y hasta la fecha usted no ha dicho quién o quiénes fueron los secuestradores que lo sometieron y le dijeron: "Chu… de tu madre, si te mueves te matamos hijo de p…" O por lo menos algo parecido. Mas bien lo que si se sabe es que usted nunca estuvo solo, siempre estuvo rodeado íntegramente por la seguridad presidencial y nadie más que ellos y sus colaboradores tuvieron acceso y contacto con usted. ¿Existió acaso la tipificación penal de secuestro? Esa es una pregunta cuya respuesta ha sido manipulada por sus cadenas nacionales y propaganda. Sin embargo la historia se escribirá tal cual sucedió.

El 30-S durante el día y, durante su salida del hospital se produjeron varias muertes por el agravamiento progresivo de la situación, muertes que tal vez no hubieran ocurrido si usted no hubiera asistido a atizar el fuego de manera irresponsable a la revuelta policial, una de las muertes la del cabo de Policía Froilán Jimenez, se produjo precisamente en el momento en que a usted lo sacaban del hospital ya en horas de la noche cuando la situación se había salido de control. El 13-A durante el rescate de mi esposo a pesar de la persecución y la balacera no hubieron muertos, mas bien si hubieron capturados quienes confesaron y contaron con lujo de detalles la crónica de la conspiración de un secuestro cuyos entretelones están asombrando al mundo pues a partir de ese momento se descubrió que los secuestradores eran miembros de los departamentos de inteligencia de la Policía de Ecuador que habían viajado hasta Colombia para organizar el acto criminal por órdenes gubernamentales, según el propio relato de los capturados.

El 30-S generó la opinión mundial de periodistas y políticos, muchos dijeron que usted no estuvo secuestrado, que fingió estarlo, o que circunstancialmente usted mismo provocó una situación de conmoción social de la cual, para tapar su error encontró salida victimizándose. Por ello, usted enjuició a varios periodistas, medios de comunicación y políticos, y les ha pedido como indemnización por supuestas injurias, a unos ochenta millones de dólares, a otros de a cientos de miles y, a varios ha logrado condenarlos a prisión. El 13-A durante las dos horas que mi esposo estuvo secuestrado, mis hijos, todos menores de edad y yo, vivimos momentos de terror y desesperación que solo madres, esposas e hijos de quienes han sido víctimas de situaciones similares y reales pueden entender. A las 22h00 del 13-A una voz al teléfono me decía: "Su esposo ha sido secuestrado por desconocidos, le sugerimos mantener la calma, estamos haciendo todo lo posible por dar con su paradero para proceder a rescatarlo", era un agente de la policía anti secuestro a cargo del operativo. Hasta el día de hoy, aunque ya se ha descubierto quienes son los autores, y se han realizado capturas de algunos de los autores materiales en Colombia, y miembros del gobierno como el Viceministro del Interior Javier Córdova han dicho "desconocer que mi esposo fue secuestrado", y, Asambleístas del oficialismo como Gabriel Rivera en televisión internacional NTN24 ha dicho que "el secuestro es una mentira producto de la paranoia de mi esposo quien falsamente se declara un perseguido político". Sin embargo, a pesar que estas aseveraciones son claramente infundadas o mal intencionadas, que a todas luces intentan encubrir los hechos y dañar nuestra honra, ni mi esposo, ni nuestra familia hemos exigido ninguna reparación económica por el daño moral que se nos sigue causando y tampoco hemos pedido prisión para los injuriadores. Sólo hemos exigido y seguiremos exigiendo justicia.

El 30-S provocó que Usted a través del uso del poder invirtiera en una campaña sin precedentes de radio, prensa escrita y televisión nacional e internacional recursos públicos para intentar convencer a la gente de que estuvo secuestrado, ¿para que invertir tanto?, acaso no sabe usted que la verdad brilla por si sola. El 13-A, el secuestro de mi esposo fue un hecho público y notorio que no necesitó ni un solo centavo para que hasta el día de hoy haya sido publicado, documentado y difundido por la prensa internacional, pues el rescate concluyó con una persecución en la que intervinieron más de veinte patrullas de policía y cuarenta taxistas que se sumaron a la búsqueda. Siendo además que por la alarma causada en Bogotá durante el plagio, el momento en que mi esposo acababa de ser rescatado fue cubierto por la prensa televisiva.

El 30-S ha generado una cacería de brujas contra los policías sublevados y provocados por usted a su propio asesinato pues fue usted quien gritó "mátenme" a quienes empuñaban armas, y eso también lo vio todo el mundo. Hay decenas de encarcelados y condenados por el 30-S. Usted ha ofrecido hasta cincuenta mil dólares por la captura de algunos que aparecen en videos dentro de la sublevación, varios de los imputados que usted ha encarcelado luego de seis y hasta nueve meses de prisión como el Mayor Fidel Araujo y el Coronel Cesar Carrión fueron declarados inocentes. Luego del 13-A los agentes de inteligencia de la Policía de Ecuador Raúl Chicaiza, Diana Falcón, Jorge Espinoza entre otros, que aparecen juntos en videos de cámaras de seguridad en Colombia en las acciones organizativas del secuestro de mi esposo y que además están plenamente identificados por los otros autores materiales de nacionalidad colombiana que ya han sido capturados, estos y otros más vinculados a los tres departamentos de inteligencia de Ecuador, autores y financistas del secuestro de mi esposo siguen libres e impunes después de haber transcurridos dos años, no se los ha procesado y menos se ha ofrecido recompensa alguna por sus capturas, significando el hecho de que aún estén libres un gran riesgo para la sociedad por su alto grado de peligrosidad. Y peor aún, no ha existido hasta la fecha por parte de ninguna autoridad ecuatoriana el mínimo esfuerzo de que se haga justicia.

El 30-S ha provocado que usted realice múltiples viajes oficiales a otros países en los que usando recursos del Estado ha dictado conferencias en distintos auditorios exponiendo su versión de los hechos, intentando posicionar su tesis como "secuestrado" y víctima de un intento de golpe de Estado. Después del 13-A por acciones "diplomáticas" comprobadamente ordenadas por usted, mi esposo fue detenido en Bogotá subido al avión vicepresidencial de Colombia y como único pasajero fue deportado a Ecuador donde usted lo mantiene encarcelado. Con la deportación y encarcelamiento se jugó la suerte de entorpecer la investigación de la Fiscalía colombiana sobre el secuestro. Sin embargo, hay una fuerza poderosa e indetenible contra la que no han podido los poderes cómplices involucrados, se llama: verdad.

En días pasados la cuenta twitter de usted presidente Correa ( @MashiRafael ) fue hackeada. Usted mismo lo anunció. Durante ese evento en ella aparecieron publicados varios twets, uno de ellos -como si el destino rechazara que se consume la impunidad, revelaba información sobre el secuestro de mi esposo, según el contenido de esa información, usted mismo habría ordenado el secuestro de mi esposo, o por lo menos así lo da a entender una supuesta conversación filtrada de los correos electrónicos del actual Secretario de Inteligencia Rommy Vallejo y el Secretario de comunicación Fernando Alvarado, este último, según el texto del diálogo presiona a Vallejo a actuar contra mi esposo en Colombia, y Vallejo le responde que ya le ha comunicado al "jefe" lo que está pasando. El único jefe de Vallejo, que yo sepa, es Usted. Luego de este "hackeo" el Ministro del Interior José Serrano anunció que había dispuesto a todos los departamentos de inteligencia del Estado, es decir, a la Dirección General de Inteligencia (DGI), Secretaría Nacional de Inteligencia (SENAIN), Unidad de Gestión de seguridad Interna de la Presidencia (UGSI) entre otros, y, a la Fiscalía General del Estado para que investiguen quién hackeó la cuenta del Presidente, y como era de esperarse no ordenó que investiguen la veracidad de la información publicada en la cuenta durante el hackeo, menos aún el Fiscal General abocó conocimiento de las graves supuestas filtraciones de correos electrónicos expuestas en el twitter presidencial y que advierten una posible actividad criminal al más alto nivel gubernamental. Sin embargo, dada la gran movilización de personal Estatal investigativo y recursos que se están invirtiendo para investigar un hackeo y 5 twets, y todo lo que el gobierno ha invertido para investigar el 30-S; por favor, como ecuatoriana que soy, madre de cuatro hijos, que pago impuestos, que tengo un esposo preso por haber denunciado espionaje gubernamental, quien fue víctima de un secuestro cuyo objetivo era asesinarlo, y que vivo en constante zozobra y temor de que algo malo le pueda pasar a mi esposo en el lugar donde lo tienen encarcelado, o a mis hijos o a mí, ya que los autores de estos actos criminales aún se encuentran en las calles; le pido a todas esas mismas autoridades, al Ministro del Interior, a los departamentos de inteligencia y a la Fiscalía: designar aunque sea un "chapa", al más humilde y raso, para que investigue el delito de lesa humanidad y crimen de Estado cometido contra mi esposo Fernando Balda.

Vanessa Castelo de Balda

Esposa del secuestrado y preso político

Fernando Balda – Ex Asambleísta Nacional Alterno del Ecuador.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar