HACKERS BUENOS Y MALOS

Los hackers son personas con conocimientos avanzados sobre las debilidades de las computadoras y de las redes informáticas. Se dividen estos en dos clases, los hackers buenos y los malos.

Los hackers buenos son aquellos cuyo trabajo consiste en infiltrar, en romper la seguridad de sus propios sistemas o los de las empresas donde trabajan para poner a prueba la seguridad de estos. Absolutamente todos, ejércitos, gobiernos, empresas, ciudadanos, requerimos hoy de la colaboración de estos profesionales respetables.

El grupo de los hackers malos lo integran los que violan la seguridad de las computadoras y redes para beneficio personal o de otros, por lo general. Estos criminales informáticos roban secretos industriales y de Estado, claves bancarias, destruyen datos, inutilizan computadoras…

Se rumora que tanto chinos como rusos, como muchas otras naciones, disponen de grupos de hackers malos para una eventual guerra cibernética. Para la formación de los hackers existen libros, revistas, programas, buenos y malos, y se realizan convenciones en todos los países del mundo.

Las pruebas de la precipitada y farisaica rueda de prensa del fiscal general, señor Luis Eduardo Montealegre, contra su ‘presunto hacker malo’, señor Andrés Felipe Sepúlveda, se evaporan día tras día. Ya reconoció el propio Fiscal que no interceptaba al Presidente. Es que si al Presidente le han ‘hackeado’ las computadoras de Palacio, como sí parece haber sucedido, ya debería haber renunciado. En los Estados Unidos, al presidente de empresa que le violen hoy sus sistemas le exigen la renuncia inmediata.

No parece haber pruebas concretas sobre: las interceptaciones a los plenipotenciarios del Gobierno en La Habana; ni sobre la existencia de programas diferentes a los que se venden por 10 dólares, por Twitter; ni del empleo de equipos sofisticados; ni numerosos viajes en su pasaporte, salvo dos cortos, uno a Brasil y otro a Ecuador.

Se rumora que los delitos de Sepúlveda se reducen a que recibía informaciones de la inteligencia del Ejército y las ofrecía en venta. Curiosamente, la información que le entregó él a la Policía y a Noticias RCN la consideraron ambos inútil y sin formato apropiado. Óscar Iván Zuluaga contrató un experto acreditado para la seguridad de los sistemas de su campaña, así como lo han contratado otros políticos colombianos.

En vista de la ausencia de pruebas, nuestra Fiscalía parece estar limitada a inculpar a Sepúlveda, en especial, por los delitos de espionaje e interceptaciones ilícitas a correos de las Farc. Porque para Montealegre, espiar a las Farc pone en riesgo de fracasar el proceso de paz de Santos y por esto amenaza con un juicio penal por delito contra el Estado a cualquiera que las espíe. Cuando el riesgo verdadero es firmar y confiar en una paz ingenua que les abra las puertas del poder a las Farc para perpetuarse.

Imperdonable sería que nuestras Fuerzas Armadas, empresas, partidos políticos… no entrenaran y contrataran personas para espiar y para defenderse de las guerrillas y de las bandas criminales. No puede ser delito contra el Estado ‘hackear’ a una organización todavía considerada como terrorista en 30 países. Esto merece aplausos en el mundo civilizado.

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