A pesar de los infundios en contra del candidato Oscar Iván Zuluaga, este sigue imparable de acuerdo a las encuestas, por eso no hay que dejarse encerrar en la dicotomía que ha creado el Presidente Santos entre amigos y enemigos de la paz, porque los más favorecidos con la guerra en 50 años, ya que se han enriquecido inmensamente con el narcotráfico y el contrabando de armas son los cabecillas de la banda armada Farc, y precisamente ellos son los más interesados en que continúe el desangre, o sea que son los enemigos de la paz.
Por eso en una Presidencia del Candidato del Centro Democrático, se pondrán las cartas sobre la mesa exigiéndole a la narcoguerrilla un cese unilateral de fuego permanente y verificable, la devolución de los niños que tiene en sus frentes, el desminado, el retorno de los secuestrados o la verdad sobre los mismos y la erradicación de los cultivos ilícitos, lo anterior como condición necesarias para tener certeza de que se lograra llegar al fin del conflicto.
La situación nacional lleva a reflexionar sobre los últimos acontecimientos, en donde el desespero por la reelección del actual mandatario es a todas luces notorio, y si logran ese propósito nos conducirían a un futuro incierto, ya que el contubernio con las Farc le abre el paso al castrochavismo, en donde la alternativa real para contrarrestar ese nefando Socialismo del Siglo XXI, que busca apoderarse de Latinoamérica, es Oscar Iván Zuluaga, por eso han surgido jugarretas en contra del candidato del Centro Democrático, que se perfila como ganador.
Abstrayéndonos de las chuzadas, los montajes y los chismes que han animado en los últimos días la actual campaña electoral, que dará su veredicto el próximo domingo en la primera vuelta, y que según las encuestas se definirá en una segunda, quedan inmensas dudas que no están basadas ni en supuestos ni en conjeturas, sino en realidades, como son el remedo de tregua anunciada por los grupos terroristas de las Farc y Eln por ocho días y el acuerdo entre el Gobierno y la narcoguerrilla sobre cultivos ilícitos, precisamente pocos días antes de las elecciones, a lo cual hay que agregarle el apoyo que le brindo el Alcalde Petro al Presidente, entonces si gana Santos la pregunta obvia es ¿Cuál es el precio que tendrá que pagar el próximo Gobierno por esos respaldos tácitos o abiertos?
A Santos en un segundo mandato le toca ceder, sabiendo que el fin del conflicto no está a la vuelta de la esquina, y por el contrario las Farc se aprovecharan de las circunstancias para dilatar aun más el proceso de la Habana envalentonándose y chantajeando al Estado, buscando posesionarse mejor política y militarmente, pues no se debe olvidar que se está al frente de una guerrilla marxista leninista, que en su condición de secta supersticiosa y violenta, exige de todo sin dar nada, ya que la tregua es una simple estrategia, y hay costos que se asumen por venderle el alma al diablo para ganar de cualquier forma las elecciones.
La mejor opción de colombianas y colombianos para votar el Próximo 25 de mayo es la del candidato del Centro Democrático, Oscar Iván Zuluaga a pesar de los embates mediáticos que desde muchos flancos le han lanzado, porque su programa sobre Educación, Seguridad, Salud, Trabajo y vivienda es el más coherente y aunque hay otros Candidatos antireeleccionistas como Marta Lucia Ramírez y Enrique Peñalosa que son buenos, debe de prevalecer el voto útil para salir de la maraña de incongruencia y falta de sindéresis que ha tenido el actual Gobierno a quien el ideario se le extravió.
Contra las componendas santistas, hay que impulsar una gran votación uribista, preparando una logística que haga respetar la voluntad popular, para evitar un fraude, que sería la otra medida desesperada que tendría el régimen para torcer la voluntad del pueblo, de ahí que con sobriedad y firmeza se lograra nuevamente alcanzar el poder para las grandes transformaciones, haciendo respetar la soberanía y dignidad nacional del engendro castrochavista que quieren hollar a nuestra patria.
Por: Ariel Peña González
Presidente de la Federación Sindical UTRECOL y miembro del comité ejecutivo Nacional de la CGT.
