La criminalización como arma electoral

Llegamos hoy a las elecciones más importantes de los últimos años en Colombia. En medio de hechos que ponen en jaque a la democracia colombiana.

La Fiscalía General de la Nación, no sólo tomó partido por la paz que ofrece el presidente Santos, sino que, dando un paso más, presuntamente intenta incriminar a la oposición del Centro Democrático, en la persona del candidato Oscar Iván Zuluaga. Es el último capítulo (hasta hoy) de lo que, todo parce indicar, de sacarlo de la carrera presidencia, como sea, preparando, incluso, las condiciones para encarcelarlo.

La estrategia  conjunta de Santos y la Fiscalía, para llevar al primero a la reelección, ha consistido en acusar al Centro Democrático de ser de extrema derecha y de enemigos de  la paz. Así han actuado dentro de la campaña, hasta el punto inaudito de que el ente acusador  ha convertido en delito, el oponerse, no a la paz, sino a la paz que proclama Santos. Y no es que si alguien ha cometido crímenes, no sea juzgado y hallado culpable. Pero es que la Fiscalía presuntamente  persigue jurídicamente a quien lo haga, declarándolo, además, de extrema derecha.

Para Santos y el Fiscal es un delincuente quien se oponga a  que ésta se negocie con las Farc como se hace ahora,  en medio de un rio de crímenes de guerra y de lesa humanidad, aprobando una ley de impunidad, favoreciendo asesinos  a quienes liberarán, llevarán al Congreso, entregarán  grandes porciones del territorio colombiano con las ZRC, permitirán que laven activos y legalicen el despojo de ese grupo terrorista; que ponga al ratón a cuidar el queso, en el asunto del narcotráfico; que legalice sus armas y permita que los verdugos persigan a sus enemigos, en el proyectado ministerio de seguridad ciudadana. El dúo mencionado confunde su ya premisa equivocada de hacer la paz en medio del conflicto, con la actitud cómplice de tolerar y justificar los crímenes atroces.

Yo no soy de extrema derecha; pero si en el país hay grupos que defienden ese tipo de posiciones pacíficamente, respetando la constitución y las leyes, están en su derecho, no se los puede perseguir por su ideología, así como no es legítimo hacerlo con gente de la izquierda radical, la extrema izquierda, por el hecho de defender pacíficamente sus ideas. La libertad de opinión es tan sagrada que, incluso, quienes se oponen pacíficamente a  la paz, están en todo su derecho.

La imparcialidad de la justicia es la prenda de garantía del respeto a los derechos fundamentales de los colombianos. Pero aquí, la Fiscalía presuntamente  ha invertido el núcleo del derecho penal y procesal penal: ya hoy no se trata de que el juez demuestre la culpabilidad de un individuo, sino de que este demuestre su inocencia frente a prejuzgamientos, “indicios” y “pruebas” que no prueban nada, salvo la parcialidad del operador de Justicia.

Así ha ocurrido con el candidato Zuluaga, que tuvo la osadía de denunciar, a través de su abogado, que era víctima de un montaje, en el caso del video del señor Revert, publicado por la Revista Semana, luego de que fue filtrado ilegalmente y que buscaba enlodar su candidatura y abrirle la puerta a una posible judicialización. La Fiscalía, en un acto de diligencia sin precedentes, a 36 horas de las elecciones presidenciales, y apenas a tres días de haberse presentado la denuncia que aportaba lo que consideraba una prueba de manipulación del video, a través del Vice Fiscal informa en rueda de prensa  que  “compulsó copias “en contra de personas indeterminadas para que se investigue la presunta comisión de los delitos de falsa denuncia, fraude procesal, así como cualquier otra conducta punible que se desprenda de la investigación que se iniciará”. Según la Fiscalía, “deberá investigarse si se cometió el delito de falsa denuncia, al haberse afirmado que el video publicado por la revista Semana fue “burdamente manipulado”, cuando podría haber sido razonable concluir que dicho audiovisual había sido adaptado periodísticamente”.

Esto con el sustento “probatorio” de un dictamen de sus expertos, quienes concluyeron que el video era original y no había sido manipulado, y que la Revista “sólo lo había adaptado periodísticamente”, cualquier cosa que ello signifique. Con ese “sustento probatorio” abren una investigación que apunta al candidato Zuluaga. Ya el abogado defensor pidió el acompañamiento de la Procuraduría General de la República, y que permitan que expertos extranjeros independientes examinen el video que tiene la Fiscalía, argumentando el derecho de analizarlo independientemente  para controvertir al ente acusador.  El país recuerda que fueron los expertos de la Fiscalía quienes determinaron que el video usado contra Sifrigedo López era auténtico, porque había una nariz y voz que se le parecían, pero una organismo de investigación de USA demostró que lo afirmado no correspondía a la verdad, teniendo la Fiscalía que excarcelar y pedir excusas al señor López, pero dañando irreversiblemente, su imagen.

Si lo que buscan presuntamente es poner a Zuluaga  sub judice durante el proceso electoral para desacreditarlo, es gravísimo; en realidad, un delito, porque buscarían perturbar las elecciones. Pero si el candidato Zuluaga es detenido por su denuncia, sin que la Fiscalía aporte pruebas contundentes, además del delito en que incurrirían los responsables, es probable que el país entrara en una fase de desestabilización de incalculables consecuencias, de la que serán responsables la Fiscalía y Santos, quienes actuarían como lo hacen los dictadores de Venezuela y Cuba. Sería un golpe mortal a la Constitución y a los derechos fundamentales que ella consigna. Sería un paso explícito hacia el totalitarismo.

Oscar Iván Zuluaga ha soportado con estoicismo toda clase de ataques perversos; ha dado pruebas de su carácter; ha dicho claramente que continuará las conversaciones de las Farc si estas dejan de atacar al pueblo colombiano; tiene las mejores propuestas en los campos de la economía, la equidad, la lucha contra la desigualdad; sobre la educación, la salud y la seguridad ciudadana, entre otras. Recuperará el rumbo el Estado Democrático de Derecho. Por eso, votaré hoy por él.

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