La prostituta paz de Santos

"Esa golfa enferma, disfrazada de paz por Santos, no es la paz."

Un buen proxeneta sabe pintar de carmín la palidez venérea de su zorra para venderla como dama al incauto que la pague por buena, y Santos es buen padrote, disfrazó tras un vestido blanco las llagas de su pelandusca y la llamó “paz” para engañar a millares de ingenuos que pregonan con altivez de bobo, que votarán por Santos porque escogerán la paz. Que por la paz, todo; que Colombia lleva 50 años de guerra y que el país necesita la paz.

Esa golfa enferma, disfrazada de paz por Santos, no es la paz.

Ninguna meretriz ha sido tan manoseada como la paz de Santos, porque el presidente no tiene nada más para ofrecer a sus electores. Deja la salud podrida y corrupta; la educación en el más vergonzoso escalafón internacional; el desempleo mejorado con estadísticas falsas; la justicia venal, ineficaz y corrompida, y la paz, la verdadera paz, violentada por sus protegidos de La Habana, que pusieron contra la pared al país para exigir una paz humillante, mala, impuesta. Su prostituta paz.

Anoche dijo Santos que la paz se hace con el enemigo y tiene razón, pero la paz se hace con dignidad, con condiciones justas y favorables. La paz que quiere firmar en aras de su reelección, es la del vencido, la paz del matoneo que le imponen al niño en la escuela a cambio de entregar diariamente su lonchera, la paz del extorsionista que deja tranquila a su víctima a cambio del pago de la extorsión,  la paz del hampón que perdona la vida a quien le entrega sus bienes.

El 15 de mayo las FARC matan dos niños al atacar en Chimbí el puesto de policía, y al día siguiente en apoyo a Santos anuncian tregua unilateral hasta el 25 de mayo, la cual rompen el 21 con el asesinato de un policía en Teorama. Ninguna de esas acciones abre el ojo a sus mazorcos (como los de Juan Manuel de Rosas en Argentina) que anuncian votar por la paz fariano santista, así su voto signifique el sacrificio de Colombia, entrega de curules parlamentarias, legalización de tierras arrebatadas a campesinos, franquicia de ojo ciego para el narcotráfico, e impunidad total para crímenes, masacres, secuestros, extorsiones, etc., etc.

Esa paz de Santos. No es la paz.

Al contrario de lo que dicen sus áulicos, elegir a Santos no es elegir la paz sino una guerra incrementada, porque su paz prostituta no garantiza el fin del conflicto, ya que los proletarios combatientes no cambiarán por un palustre su fusil, y eso lo saben los oligarcas de las FARC, de Harley Davidson, habano, ron y yate. Ese es el núcleo del engaño.

La historia de la guerra trae miles de ejemplos de pactos de paz que hundieron países y arruinaron vidas, como el tratado de Utrecht  en 1712, (la mala paz) por el cual España perdió Canadá, Terranova y otros sitios; como el tratado de Versalles en 1919 (la paz impuesta) que dividió y arruinó a Alemania y propició el nacimiento de partidos de ultraderecha, como el Nazi entre 1920 y 1930; como el tratado de Brest –Litovsk  en 1939 (La humillante paz) por el cual Rusia cedió gran parte de su territorio, e hizo renunciar a Trotsky, avergonzado y responsable.

A los colombianos nos han vendido varias hetairas disfrazadas de paz. En la época de Belisario la paz fue una paloma blanca que se pintó con alborozo en las paredes y a cambio nos devolvieron minas quiebra patas y collares bomba. En la época de Pastrana la paz fue el Caguán, y la realidad nos devolvió una humillante silla vacía, sin Tirofijo en ella y la certeza de haber convertido el territorio de paz en prisión inhumana de secuestrados, fábrica de material bélico y campo de entrenamiento de asesinos.

Esta vez la Paz de Santos es más abyecta, porque nos subordina a las FARC, aupados por alelados y periodistas comprados de manera asquerosa, como advirtió Juan Gossaín: Darío Arizmendi en Caracol, Vicky Dávila en La FM, Rodrigo Pardo en RCN, Alejandro Santos en Semana, capaz de dar a sus lectores la frase que no pronunció Zuluaga: “Queda un mes para dar un golpe” en lugar de la real “queda un mes para él dar un golpe”, los socios Santos en El Tiempo, y decenas de medios que sirven de idiotas útiles y hacen campaña a Santos propagando mentiras, falsificando hechos, interpretando y adulterando versiones, hastiándonos desde las cuatro de la mañana hasta el punto de la ofensa, que les está produciendo el efecto contrario, porque la estadística arroja que Santos pierde con cualquiera que sea el candidato al que se enfrente en la segunda vuelta.

Uno de los partidarios de Santos impetró una tutela para que el nuevo presidente se vea obligado a seguir con los diálogos de paz en La Habana, y ojalá la sentencia le sea favorable, para que Óscar Iván Zuluaga adelante la paz que desea Uribe y que anhelamos los ciudadanos de bien para Colombia.

Una paz sin matones; una paz que sea sinónimo de tranquilidad, de inversión, de desarrollo, de crecimiento familiar, personal, profesional, una paz con salud, con empleo, con educación. La verdadera paz.

A las FARC se les puede derrotar sin sacrificar a Colombia. Uribe lo hizo. El que diga lo contrario, o no tiene memoria, o es autista.

@mariojpachecog

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar