¿Por qué me gusta Óscar Iván Zuluaga?

Lo que me gusta de Zuluaga es que es un hombre preparado para manejar el país, no va a improvisar.

Cada vez que me preguntan por qué me gusta Óscar Iván Zuluaga como candidato presidencial, contesto con convicción: "Porque, de todos los aspirantes al primer cargo de la nación, es el que mejor formación académica tiene". Esto se advierte en las propuestas que está haciendo para construir un nuevo país. El candidato del Centro Democrático habla de mejorar la infraestructura vial, de apostarle a la calidad en la educación y de fortalecer el sector agrícola. Estos tres puntos de su programa de gobierno son fundamentales para construir una Colombia incluyente. Además, tiene ideas aterrizadas sobre cómo mejorar el sistema de salud y cómo estructurar un Estado austero. Zuluaga propone retomar la seguridad democrática como eje para garantizar la tranquilidad ciudadana.

Las propuestas de Óscar Iván Zuluaga para mejorar la calidad de la educación están estructuradas sobre bases sólidas. Los países que han logrado reducir la pobreza extrema le han apostado a las políticas públicas de educación porque saben que, impulsando la formación académica, las familias salen de la miseria. Sobre todo, porque los hijos que se hacen profesionales se abren espacios para mejorar sus ingresos y, por ende, su calidad de vida. Su propuesta de una jornada escolar de 8 de la mañana a 4 de la tarde, con alimentación garantizada por el Estado, está orientada a mejorar los sistemas de aprendizaje y, al mismo tiempo, a evitar la deserción escolar. Esta jornada mejoraría los niveles de comprensión de lectura y le permitiría a Colombia ubicarse mejor en las pruebas Pisa.

Me gusta Óscar Iván Zuluaga porque piensa en un país incluyente, con oportunidades para todos. En este sentido, se contempla como prioridad, en su programa de gobierno, recuperar la confianza en la inversión extranjera. Sabe que generar empleo es un factor determinante para evitar la delincuencia común. El exalcalde de Pensilvania es consciente de que, entre más colombianos tengan empleo de calidad, menores posibilidades hay de que se fortalezcan los grupos delincuenciales. Sabe también que el empleo digno les posibilita a los ciudadanos acceder a mejores condiciones de vida. Óscar Iván Zuluaga entiende, con claridad, que la inversión extranjera genera oportunidades de empleo. Por esta razón, habla de garantizar estabilidad jurídica para los inversionistas.

Existe una razón por la cual me gusta que Óscar Iván Zuluaga resulte electo Presidente de la República. Es su posición frente a las conversaciones, en La Habana, con el grupo insurgente de las Farc. El exministro de hacienda no es enemigo de buscar la reconciliación. Simplemente, no está de acuerdo con una paz con impunidad. Para él, los responsables del desangre que ha padecido Colombia, durante cincuenta años, deben pagar cárcel, así sea una pena mínima. Lo importante es que paguen por sus crímenes de lesa humanidad. Zuluaga no quiere que a los delincuentes se les premie con curules en el Congreso de la República. El candidato interpreta el sentir de miles de colombianos que han sido víctimas del grupo guerrillero. Quiere que primero haya justicia y reparación.

Soy un convencido de que, con Óscar Iván Zuluaga dirigiendo los destinos de Colombia, el campo tiene futuro. Sus propuestas, en este sentido, son claras. Es un candidato que conoce el campo y, por lo tanto, los problemas de la producción agrícola. Su ancestro es campesino. Haber nacido en un pueblo, donde la base de la economía es el café, le ha permitido acercarse al productor agrícola, conocer sus necesidades, saber de sus angustias cuando cae el precio del grano. Por esta razón, propone estímulos para que el campo sea rentable y, además, habla de abrirle mercados a la producción agrícola. Zuluaga expone con claridad cómo varios países han incrementado el ingreso de divisas a través de la diversificación. Le apuesta a un campo próspero, con incentivos para el agricultor.

Lo que me gusta de Óscar Iván Zuluaga es que es un hombre preparado para manejar el país, es decir, no llega a la presidencia para improvisar. Como Ministro de Hacienda le tocó hacerle frente a una gran crisis económica. Y sacó a Colombia adelante. Por esta razón, fue escogido como el mejor ministro de América Latina en su rama. El conocimiento que tiene de la economía global es sorprendente. Escucharlo hablar sobre el tema es asistir a una clase magistral de economía. A quien esta columna escribe no le convencía este candidato. Pero le bastó escucharlo en una intervención sobre economía global para quedar convencido de que es el hombre que Colombia necesita. El caldense no es simplemente un teórico en el tema, es un líder pragmático que sabe aportar soluciones. Esta es su gran fortaleza.

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