Al lado del problema del conflicto armado, los colombianos confirman en esta campaña electoral que los grandes males de la nación, se deben en gran parte a las andanzas del Presidente Juan Manuel Santos y su pandilla, integrada por sus actuales Senadores y Representantes al Congreso beneficiarios de la mermelada y su distribución, el Fiscal General como responsable de la intimidación y el atropello, el alcalde Petro responsable de los espectáculos públicos y de la recolección de la basura que lo respalda, las F.A.R.C., dirigiendo la estrategia de paz con impunidad y cuota de Gobierno desde La Habana, sus asesores: Samper, J.J. Rendón y Chica recolectores de las finanzas, y Vargas el gamín mayor de la campaña.
Esta es una campaña teñida de inmoralidad y uso y abuso del poder, para beneficiar al Presidente- candidato, lo que produce un enorme rechazo y frustración de sus propios seguidores, cuando observan como tratan de esconder con denuncias infundadas contra el Presidente Uribe y el Dr. Zuluaga, sus propias torpezas.
A Juan Manuel Santos y su pandilla no se les puede creer ni un tantito así, ¡nada! su inmoralidad y la de sus compinches no tiene límites, son mentirosos, despiadados y manipuladores, son capaces de engañar a un País con falsas imágenes audiovisuales, fotografías trucadas, encuestas chimbas, y atrocidades cometidas por ellos mismos se las endosan a Uribe y a Zuluaga, cargan sobre el adversario sus propios errores o defectos, responden a las denuncias de sus vínculos con los dineros del narcotráfico, con la ofensa, el improperio y el ataque, y como no pueden negar las informaciones que les transmiten las verdaderas encuestas que anuncian el triunfo de Zuluaga y la derrota de Santos, inventan otras noticias para distraer a los electores que a diario se suman a la candidatura indetenible de Óscar Iván Zuluaga y el Centro Democrático.
Sería un privilegio para los colombianos tener un hombre decente, justo, leal, bondadoso, capacitado y compasivo como Óscar Iván Zuluaga en la Presidencia de la República, y un profesional y docente universitario de la talla moral e intelectual del Dr. Carlos Holmes Trujillo en la Vicepresidencia, a Pacho Santos el hombre bueno, valiente y capaz, en la Alcaldía de Bogotá, y al líder continental, al guía, al consejero, al maestro, al batallador enérgico, al Gran Colombiano Dr. Álvaro Uribe, bien sea desde el Congreso Nacional y la jefatura del partido Centro Democrático, o desde cualquier parte de Colombia o el mundo, dictando pautas, señalando caminos y dando ejemplos y lecciones de valor, grandeza y amor por Colombia.
Álvaro Uribe, Óscar Iván Zuluaga, Carlos Holmes y Pacho Santos, son el fenómeno político en Colombia, el éxito les acompaña, los cuatro representan una hábil combinación de diferentes estilos, que les conducen a alcanzar altos grados de simpatía y respaldo popular, así lo demuestran las encuestas y sondeos de opinión públicos y privados, que señalan claramente el ascenso del Dr. Óscar Iván Zuluaga y la caída vertiginosa de Juan Manuel Santos en la preferencia de los electores.
Santos y su pandilla representan un tropiezo oscuro en la vida de los Colombianos que termina este 25 de mayo, una mala forma de hacer política, encarnan la maldad, villanía, perversidad, ruindad, malignidad, vileza, perfidia, daño e iniquidad; mientras que Uribe, Zuluaga, Holmes y Pacho representan lo ético, decoroso, honorable, el inmenso valor moral, el temple, la hombría, el heroísmo y la bravura del pueblo Colombiano.
