Falsas víctimas, timadores verdaderos

Investigadores sociales y periodistas han descubierto una serie de personajes que, posando de víctimas ante sus gobiernos y organismos internacionales, obtuvieron reconocimiento y financiamiento a rodos. Sin embargo resultaron falsas sus historias, las que inspiraron lástima y solidaridad en las almas piadosas y filantrópicas que manejan dineros de fundaciones privadas o tienen a su alcance fondos públicos.Así lo señala una crónica en la prensa española, escrita por Cristina Galindo.

Somaly Mam Foundation tuvo como Presidente a la camboyana Somaly Mam, una dama bella y encantadora que nació en un pequeño pueblo a orillas del río Mekong. A los 13 años la vendieron y acabó en un prostíbulo de donde huyó hasta llegar a Europa. Con este bagaje creó su organización para salvar a mujeres jóvenes del yugo proxeneta. Con su facilidad para relacionarse, obtuvo el Premio Príncipe de Asturias en 1998. Con su libro El silencio de la inocencia y entrevistas en la TV se hizo famosa en el presunto rescate de las mujeres que trabajaban en los burdeles del sureste asiático. Consiguió apoyo de Hillary Clinton, de la directora operativa de Facebook, Sheryl Sandberg y otras personalidades. La reina Sofía de España la visitó en el hospital cuando Mam estuvo enferma. Entre 2003 y 2008 recibió 1,86 millones de euros de la Agencia Española de Cooperación y otras sumas considerables de distintas fuentes. Somaly Mam tenía en el 2012 un salario de 138 mil dólares, es decir, 27 millones de pesos colombianos por mes. Cogida en sus mentiras, gracias a una investigación ordenada por los miembros de la Fundación, Somaly renunció. Inventó su historia de víctima. Lo único cierto es que era camboyana.

Rigoberta Menchú, la ex candidata presidencial 2007 y premio Nobel de la Paz, abogada de los indígenas mayas guatemaltecos que sufrieron la represión militar en 1978-1983, escribió (o le escribieron porque ella dizque no fue a la escuela) un libro “Yo, Rigoberta Menchú”. El antropólogo norteamericano David Stoll señaló que está plagado de inexactitudes y falsedades. La Menchú narró como propias experiencias ajenas, situaciones que ella nunca vivió. No obstante Rigoberta Menchú sigue disfrazada con su traje indígena y su collar de hueso y lapislázuli, posando de víctima y vocera de una comunidad que engañó.

Enric Marco, catalán, prisionero No.6.448 del campo de concentración nazi de Floosemburg, durante 30 años dictó conferencias sobre su experiencia como víctima y fue presidente de una asociación de ex prisioneros en Barcelona. Nunca estuvo detenido en ese centro. Lo visitó después de la guerra para familiarizarse con su edificación y entorno. Un historiador demostró que Enric Marco sí estuvo en Alemania durante el conflicto, pero trabajando voluntariamente en un programa de colaboración que hicieron Hitler y Franco.

Alicia Esteve Head, alias Tania Head, víctima del ataque a las torres gemelas de 11S en Nueva York, donde trabajaba como ejecutiva del Banco Merril Lynch. Su prometido, Dave, quien trabajaba en la torre contigua, murió en el ataque de los aviones conducidos por los terroristas de Al Qaeda. Directora de una asociación de víctimas, activó sus relaciones con los alcaldes Michael Bloomberg y Rudolph Giuliani, en sus respectivos mandatos. Se descubrió, con el tiempo, que Tania Head, el día de los acontecimientos se encontraba en Barcelona, barrio Sarriá, donde vivía con su madre de nacionalidad inglesa. De ahí que Head hablara perfectamente el idioma inglés.

Ejemplos de fabuladores y timadores: viven de presentarse como humanos sufrientes, víctimas de feroces criminales, y dispuestos a salvar la humanidad, apoyados por la bondad humana de muchos que ofician como sus creyentes y no dudan de las historias escabrosas bien contadas. Millones de euros y dólares les sirven de soporte a sus biografías falsas y a sus humanitarias campañas. Como las habas se cuecen en todas partes y como las arepas se tuestan en  toda Colombia, junto a las carimañolas, no es tarde para inspeccionar e investigar a las víctimas de nuestra violencia, porque así como las hay verdaderas, ¿cuántas no habrá falsificadas pidiendo tierras que nunca tuvieron, desenterrando muertos que nunca murieron y exigiendo reparación aunque hayan sido guerrilleros muertos en combate?

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