La tal paz no existe

Es muy desolador ver cómo Colombia cayó tan ingenuamente en las fauces del castrochavismo. La cartilla del Foro de Sao Paulo para llevar al poder el totalitarismo del Socialismo del Siglo XXI vía el juego democrático se ejecutó el pasado Domingo en este país. Insisto ante los escépticos de que esto suceda en Colombia, que exactamente se decía lo mismo en Venezuela. A los que indican que es imposible que Juan Manuel Santos juegue a favor del SSXXI les recuerdo que no había figura más conservadora y de la derecha en Venezuela que Caldera, sin embargo, por su reconcomio con Carlos Andrés Pérez le facilitó la llegadas al poder a Chávez. Éste engañó a Venezuela entera con la ilusión de acabar con la corrupción y poner orden en el país, la mayoría veía en él la mano fuerte y progresista de un Pérez Jiménez o un Rojas Pinilla.

Algo idéntico está ocurriendo actualmente acá. Juan Manuel Santos ganó por tres factores, en orden de importancia: 1) el fraude masivo en todas sus formas (incluida la de fraude electrónico, a la cual no se le ha dado la importancia debida), 2) la maquinaria enmermelada de los Ñoños y los excrementales Conservadores en la Costa, 3) El apoyo de la izquierda en Bogotá. Pero en el inconsciente colectivo hubo mucho de la ilusión de que se llegará a la paz en este segundo período de JMS.

Muy lamentablemente tengo que afirmar que la tal paz no existe. Tres escenarios se vislumbran:

1). El más probable, Juan Manuel Santos le cumple a las Farc y sus secuaces de la izquierda. No habrá paz, pues esto significa la entrega de Colombia al SSXXI, lo cual redundaría en una dictadura castrochavista estilo Venezuela a lo más que podríamos aspirar en este escenario es a la paz de los sepulcros.

2). Se entra en un juego de dilaciones entre el gobierno y los narcoterroristas y criminales de lesa humanidad, este es un escenario probable, en el cual seguiríamos como ahora, sin paz y con las Farc continuando con sus acciones terroristas, con una guerra sin rumbo fijo, pues no se tendría como polo la Seguridad Democrática, sino un ni-ni suicida para los colombianos.

3). El cambio de posición de Santos, traicionando su compromiso de entregarle el poder a las Farc, lo cual sería un escenario de escaada de la guerra, pero con el agravante de estos años santistas le han permitido a las Farc repotenciarse, con lo cual regresaríamos al escenario calamitoso comienzos de la década anterior.

De manera pues, que en el más positivo de los escenarios seguiríamos como ahora, con las Farc secuestrando, extorsionando, reclutando niños, violando niñas, ejecutando soldados y policías, y atacando poblaciones civiles, pero negándolo todo y con el Presidente Santos diciendo que hay que creerles. O en los más negativos escenarios estaríamos en manos del poder de los criminales de lesa humanidad, sea porque Santos cumple el compromiso de entregarles el poder o porque traicione el acuerdo y ante el poder que ha recuperado en el primer período Santos logre  triunfar en la cruenta guerra que ocurriría en ese escenario.

Finalmente, al contrario de en Venezuela, acá todavía tenemos una esperanza: tenemos a Uribe y el Centro Democrático, que hará una férrea oposición al castrochavismo en su versión santospetrista y que ante la desilusión de los colombianos al ver que la promesa de paz no se cumple, verá la razón de los planteamientos de Uribe y se volcará a rectificar el rumbo finalmente, pero para eso hay que derrotar al fraude electrónico, la reforma electoral y el saneamiento del poder corrupto de la Registraduría y el CNE es nuestra más importante y urgente batalla, y es posible ganarla porque para ello, el gobierno no tendrá el apoyo de la izquierda que tuvo en las pasadas elecciones. La oposición sabe que para impedir la perpetuación de los Ñoños y Gerlein en el poder, es prioritario hacerlo, y lo hará.

Director editorial pensamientocolombia.org

@alopeznunez

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