Una victoria pírrica

Escuchando el discurso de Santos, volvieron a mi mente los recuerdos de Belisario quien como Juan Manuel, buscó la paz desde que inició su presidencia, sacando adelante una ley de amnistía a finales de 1982. En ese proceso de diálogo participaron las Farc, el Epl, el M-19, el Eln y la Autodefensa Obrera (ADO).  Como en tiempos de Belisario, la gente gritaba “sí se puede” y portaban sus palomas blancas lo mismo que entonces.

Sobra decir que la paz no se consiguió a pesar de las comisiones facilitadoras de diálogo y la  firma de acuerdos de cese al fuego y tregua, puesto que después se dieron los cruentos hechos del Palacio De Justicia, donde murió lo más granado de la judicatura. Belisario quien ha aceptado toda su responsabilidad sobre tal hecho, sigue tan campante; los terroristas del M-19 gozando de la burocracia nacional e internacional y el señor Coronel Plazas Vega defensor de la democracia, mientras tanto, lleva 7 largos años detenido sin que su caso se resuelva.

En la política, que algunos califican como el arte de lo imposible, o la continuación de la guerra por otros medios, vimos en campaña santista un popurrí de expresiones desde la derecha recalcitrante del senador Gerlein, hasta los de la Unión Patriótica patrocinados por las Farc (Según el propio Ministro de Defensa); En unos resultados dignos del libro güines, se nos dieron unas cifras globales, desde antes de que los jurados terminaran de destruir los tarjetones no utilizados; desde sitios tan remotos como Guainía, Vaupés y los antiguos territorios nacionales, llegaron con la velocidad del rayo las noticias del triunfo del candidato presidente, triunfo que fuera reconocido por el candidato Zuluaga.

Pero esa victoria ha sido una victoria pírrica, porque el país ha quedado dividido en dos, una de las cuales no comparte la visión del candidato ganador que en el trajín del debate electoral, dejó muchas heridas que será necesario restañar si es que de verdad quiere obtener la paz que queremos todos, porque es el pueblo el que pone los soldados y los guerrilleros y paramilitares rasos.

En la Habana, están siendo escuchados los representantes de 7000 narcoterroristas alzados en armas; lo sensato será que también sean escuchados los 7 millones de inconformes, que sin mermelada hicieron sentir su desacuerdo, porque como decía el Presidente Kennedy “Se puede  ganar con la mitad, pero no se puede gobernar con la mitad en contra”. La victoria de santos representa menos del 24% de los 32.975.158 de ciudadanos habilitados para votar, es decir, triunfó una minoría.

Desde la Universidad me enseñaron que “Batalla ganada o perdida, batalla olvidada” y entonces no queda más que exclamar, parodiando al maestro Guillermo Valencia en los funerales del General Rafael Uribe Uribe, “Bendita seas democracia, aunque con tus decisiones me mates”. Un feliz día y mucha prosperidad.

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