Derecha, centro e izquierda

El concepto de derecha, centro e izquierda ideológicamente, nace de la revolución francesa en 1789, época en la cual se reúnen en convención los delegados convocados en la Asamblea Nacional Constituyente con la única finalidad de ratificar el origen a la naciente República de Francia.

Los delegados que se ubicaron a la derecha de la presidencia de la Asamblea eran los tradicionalistas partidarios de mantener las prerrogativas del poder real y no permitir un cambio social ilimitado. En el centro, se colocaron quienes defendían la aparición de las reformas políticas sin violencia social. A la izquierda, se ubicaron, los que reclamaban ruidosamente cambios estructurales reales y profundos. No han cambiado en Colombia.

En nuestro país, al Partido Conservador, se le identifica a la derecha benévolamente solo por su respaldo a la Constitución del 1991. Tal vez, ni estarán enterados, por estar entretenidos reclamando el cupo de la “mermelada”. El Liberalismo, unas veces es centro, y otras centro izquierda, según sus conveniencias burocráticas, más no ideológicas.

La izquierda es el partido Comunista, el Moir, la Unión Patriótica y el Polo Democrático. Aparece en el firmamento político un nuevo jugador con el 45% de los colombianos, el “Centro Democrático”. Sus enemigos lo ubican en la extrema derecha, se equivocan, ocupará el espacio perdido en la historia de los partidos: la “Derecha”, con el ex presidente Uribe, su cerebro, lo que indica que Colombia es un país con sentimientos de derecha, conservador, como bien lo definía Álvaro Gómez Hurtado. Confrontado con la “nueva izquierda”, cuyo único jefe es el Presidente Santos, al recibir su espaldarazo electoral, con el acicate del antiuribismo, que mantendrá recogida en torno de la “mermelada”.

La “extrema derecha” fue un término utilizado por el Presidente Santos, para ganar las elecciones, estigmatizar a su adversario (Centro Democrático), marginarlo del espectro político, e identificarlo con los paramilitares, olvidando las Farc con las que negocian la suerte de Colombia; pero no pudo, los colombianos dijeron otra cosa. ¿Dónde se ubicará ideológicamente al partido de la “U”, al carecer de estatutos, himno, y bandera que lo señalen como partido serio?

No es cierto que contar con un número indeterminado de congresistas, con el visto bueno del CNE, lo califiquen válidamente internacionalmente como un partido al cual se le pueda invitar para convención o congreso ideológicos, por ser una colcha de retazos de militantes peregrinos en tránsito, en busca de “mermelada” en franca pelea con el partido liberal, por la mayor porción. Disputará sí, la progenitura política de Santos, con la “nueva izquierda”, otra colcha de retazos.

Los programas de los partidos políticos tradicionales en Colombia perdieron contenido, convocatoria e influencia, por ello, los ciudadanos están obligados a informarse mejor, consultar insistentemente fuentes diversas y creíbles, sobre como funciona el poder, los intereses a proteger y la sincera intención de los líderes políticos. La investigación rigurosa que se haga, y la valoración de los argumentos conceptuales deben procurarse antes de tomar una posición política ilustrada de centro, derecha e izquierda en el universo de las propuestas sobre la solución de los problemas de los colombianos.

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