La sinfonía del futbol, excita pero no embruja

El pueblo colombiano por estos días anda con los ánimos en máxima excitación, debido al gran acontecimiento, que genera la selección, tras sus cuatro triunfos. Las sufridas gentes han encontrado en la enjundia y el talante ganador de nuestros representantes en Brasil, lo que prácticamente es nulo en gran parte de la clase política, que no son más que una ralea en estado de descomposición.

Las satisfacciones que nos brinde el conjunto dirigido por el profesor José Pekerman, no me cabe duda intentaran ser utilizadas por una buena cantidad de granujas, cuya cabeza más visible será Juan Manuel Santos, para hacer caer al pueblo colombiano en una especie de “embrujo” que lo haga olvidar de la repugnancia que producen los actos del inquilino del solio de Bolívar. Lo que no sabe la oligarquía cachaca, es que los colombianos a pesar de la gran felicidad que produce el futbol en los corazones, no ciegan la mente a la lamentable realidad que vivimos: el déficit comercial de US$ 1.496 millones; la baja de la acción de Ecopetrol; la crisis del campo y la industria; la mordaza a periodistas como Pacho Santos, José Obdulio Gaviria, Juan Paz, William Calderón, Fernando Londoño y Hassan Nassar; el ultimátum a los uribistas muerte, cárcel o exilio; la absolutización de todos los poderes; el vergonzante último lugar en la pruebas Pisa; el aumento de las actividades de los grupos terroristas. En fin la implantación en pequeñas dosis del Castro-chavismo, que convierte al Presidente en tirano y a la Constitución en un manual de represión.

No ahondemos más en las inclemencias del régimen, y más bien profundicemos acerca del buen juego de nuestro orgullo patrio. Colombia en tierras ajenas, ha sido a ojos del mundo, una orquesta, bien coordinada en el campo y con un maestro en la raya, que guía las acciones con suprema sabiduría. En la cancha Colombia se ha adaptado a lo que le exige el partido, sin problema, sabe enebrar de manera prolija fantasiosas obras de arte cuando tiene el esférico en su poder, a la vez que no se sonroja cuando le han atacado, y se ha tenido que hacer rudimentario, con Carlos Sánchez y Mario Alberto Yepes, quienes se han convertido en dos corazas.

De mitad de cancha hacia atrás, la disciplina y el orden imperan, arman un sólido bloque con una doble línea de cuatro, que es bastante corta y densa, incluso James, el Ulises, de esta obra además de aportar jugadas y goles que parecen inverosímiles, no se ahorra ni una gota de sudor a la hora de marcar. En la ofensiva se es fuerte tanto en las veloces transiciones de defensa-ataque comandas por Juan Guillermo Cuadrado aprovechando los espacios del rival, como en la creación de agujeros en la defensa del equipo contrario, cuando este se cierra, con una tenencia de balón dinámica, de juego interior y apertura de cancha.

Pese a que el cuadro cafetero, ya cumplió, los colombianos soñamos ahora más que nunca con lo en un principio, muchas tildaban de no ser más que una novela de ficción, ganar la copa del mundo. Y siendo desapasionados, después de observar todos los rivales, Colombia dejo el mejor sabor de boca. El rival que enfrentará para hacer de esta historia, una obra enmarcada en oro, será la siempre peligrosa Brasil, que hasta el momento impone en el campo su poderosa historia, porque el factor futbol quedo en el ostracismo. Dios quiera en el Maracaná, el que desentierre el jogo bonito sea Colombia y no Brasil.

Para finalizar duele como algunos “periodistas” como Natalia Springer rebaja a rosca traqueta a hombres como Pacho Maturana y el “bolillo” Gómez que nos dieron una Copa América y la clasificación a tres mundiales, definitivamente la ignorancia es propia de la mentes dóciles a olvidar el pasado. También es cierto que la ignorancia en política se traslada con gran facilidad al campo futbolístico, en donde muchos son unos analfabetas.

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