PERSISTAMOS EN EL COMBATE Y EN NUESTROS PRINCIPIOS

Ad portas de cumplirse el primero de agosto 20 años de la muerte de Francisco Mosquera, rendimos homenaje póstumo al jefe de la clase obrera colombiana y más grande pensador marxista de América Latina. A este hombre los obreros del país y un destacamento de cuadros lo recordamos con alborozo, sus enseñanzas y su capacidad de columbrar  el futuro merecen el apoyo de la clase obrera mundial. Mosquera era un hombre singular y universal.

Desde la década de los 80’s del siglo pasado, Pacho dedicó todos sus esfuerzos en la "ingrata" tarea de construir una corriente unitaria. El 16 de mayo de 2012, el entonces movimiento Nueva Democracia Moirista produjo una declaración titulada “Defendamos la Producción y Derrotemos la Demagogia Santista y el Terrorismo”; y señalamos: “Los moiristas hemos laborado con tesón por forjar el instrumento que reclama la nación para avanzar en sus propósitos de fortalecer su producción, defender la soberanía, derrotar el terrorismo y velar por los derechos de la masas laboriosas de la nación”.

Esta era una idea genial de Mosquera y lamentablemente murió sin lograr su propósito. Desde las filas de la izquierda oportunista y de la derecha se saboteó su aspiración que hubiese evitado el desangre que hoy vive el país. Cuando respondimos al llamado del expresidente Uribe, de construir en Colombia una organización política de Centro, lo hicimos manteniendo en alto nuestras aspiraciones como dirigentes del proletariado. El expresidente Uribe y su corriente representan sin duda alguna en la Colombia de hoy un muro de contención para que la nación no caiga en el castro-chavismo. Este es un acierto indubitable y corresponde a nuestras viejas aspiraciones por hacer de la patria un verdadero y auténtico país democrático.

Hemos recorrido pueblos y veredas, respaldando la batalla de Uribe contra el terrorismo, con el noble propósito de que salgan adelante unas ideas que impedirán que la patria de Bolívar y Santander transite por el camino cubano-venezolano. A pesar de nuestras dificultades y de nuestra escasa fuerza cuantitativa  solo queremos servir a Colombia y por ello nos oponemos sin ambages ni titubeos a la corriente protomamerta dirigida por Cuba y representada principalmente por las FARC.

En las elecciones pasadas votamos por las listas del Centro Democrático y por el candidato a la presidencia de la república, el doctor Oscar Iván Zuluaga. El resultado electoral no nos permitió obtener la presidencia, no por falta de fuerza, sino por lo que ahora llaman, con cierto dejo "aristocrático": la mermelada. El presidente Juan Manuel Santos representa una tragedia para la nación y su discurso del 20 de julio en la instalación del Congreso así lo confirma. Además de continuar con el chantaje de la paz, casi que anunciándonos un cogobierno con las FARC, se atrevió a hablar de una supuesta tercera vía que representaría, por lo que ya oteamos, una mayor súper explotación del trabajo nacional y  profundizar la miseria de los colombianos, destruyendo la industria nacional y expoleando aún más a las masas laboriosas. No olvidemos que la esencia de la política neoliberal  es "mano de obra barata".

En estos días de efemérides, propongámonos fortalecer el Centro Democrático “integrado por los mejores hombres y mujeres de la izquierda, de la derecha y del centro político del país”, como afirma el ex presidente y hoy senador de la república Álvaro Uribe.  En la hora presente nuestra obligación es respaldar a Uribe ante la ofensiva internacional de los agentes del castro-chavismo; redoblemos nuestros esfuerzos, superemos nuestras divergencias y llamemos a todas las personalidades y fuerzas democráticas para aunar voluntades que nos permitan  consolidar a Colombia como bastión libertario de América Latina.

Bogotá, 25 de julio de 2014.

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