Todos debemos ser veedores del gobierno

Existen personas que escriben y hablan muy bonito, dicen maravillas sobre la paz. Son muy dicientes, utilizan palabras tan hermosas que se vuelven encantadores de serpientes, que emboban al más avispado e inteligente colombiano. Hablan de combatir la violencia en las ciudades, pero todos los días aumenta, dicen que realizan campañas sobre la tolerancia y pelean como fieras con el adversario político,  dicen que la policía es incapaz de controlar el desorden, pero no aumentan el pié de fuerza razonablemente con policías profesionales, hablan de derechos humanos que no parece que existieran en Colombia, de rescatar la educación cuando muchos jóvenes van armados a estudiar, hablan de mejorar la salud y día a día las colas son más humillantes en las EPS. y hablan y hablan pero sin embargo tienen muchos pecados  en su conciencia por la crueldad de permitir actos criminales con los animales, cuando festejan las infames corridas de toros, las riñas de gallos y las peleas de perros o cuando poner a pelear a expresidentes idiotas contra otros para favorecer a determinado personaje de la vida pública para que les coloque un familiar a un hijo, o cuando permiten la pornografía en televisión, en teatros callejeros, en revistas de venta al publico o de cualquier otra forma como en establecimientos abiertos al público. Viven una vida asquerosa, llena de chismes y maldad, pero hablan con voz de santos.  A todo esto  es lo que los colombianos debemos vigilar y denunciar.

Por esto y muchas razones más, sería muy saludable que los seguidores de muchos personajes de la política, que atacan al pueblo con toda clase de impuestos y gravámenes de Valorización, se conozcan para que el pueblo deje de ser bobo útil y no  vuelva a votar por ellos, para que desenmascaren a los farsantes que solo les interesa el dinero y decir voy por lo mío.

También existen algunos columnistas y periodistas  dignos de lástima y compasión  porque su odio los lleva a sacar panfletos, para atacar cualquier institución o persona donde no les den contratos a sus amigos o porque sus ideas políticas son diferentes a las suyas. Carecen de moral para hablar mal de los demás y si lo hacen no denuncian ante las autoridades competentes.

Hay politiqueros  que se creen realizados, dejan al amigo de siempre a un  lado porque perdió su curul y dicen que hay que seguir ideas y no nombres. Y realmente lo que siguen es el derecho al puestico y miran dónde se van a pegar para conseguir chanfaina… pero los vemos en su vida diaria como esclavos, como perros falderos  siguiendo al nuevo amo.

Caminan muy erguidos físicamente pero psicológicamente viven de rodillas, viven como los balones del mundial a patadas y si les toca quitarnos el aeropuerto a los pereiranos lo hacen si lo ordena el amo. Este país debe cambiar y volvámonos todos veedores de lo nuestro, el aeropuerto es nuestro y lo van a entregar en concesión. ¿Será eso justo?

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