DEL PRENDEDOR A LA REALIDAD

No han acabado de barrer los millones de diminutas palomitas de papel que fueron lanzadas el día de la fastuosa ceremonia de posesión del presidente Juanpa II, y su gobierno ya se muestra desgastado y paquidérmico, no solo por el descomunal tamaño de su burocracia sino, por 8.000 razones más.

Ceremonia de investidura adecuada si ya se hubiera sellado la paz o, al menos, firmado un acuerdo parcial. Un montaje estratégicamente diseñado para mostrarle a la comunidad internacional, por cierto, con modestísima representación, que el proceso de La Habana está prácticamente listo.

Pero ¿qué más podía esperarse de un mandato que por carecer de obras para mostrar como bandera para su reelección, echó mano de esa quimera de paz con la que mantuvo distraído durante cuatro años a Colombia y al mundo, y de la que pretende seguir sirviéndose para justificar su incapacidad?

Ese embeleco en el que nos embarcó para saciar su vanidad, que genera más dudas que certezas y que como nunca ha contado con el respaldo irrestricto de la mayoría de los colombianos, tuvo que empeñar. Una campaña en la que recurrió a toda clase de componendas, de acciones fraudulentas, de alianzas con personajes de dudosa reputación y a un descomunal despilfarro en pauta estatal para ofrecer la paz como producto viable.

Tan compleja la trama urdida para asegurar el triunfo, tan grandes los compromisos adquiridos, que no fue capaz el presidente Juanpa II, de tener listo su gabinete para el día de la toma de juramento, algo nunca antes visto, al menos, en la reciente historia nacional.

Pero fue que la torta ministerial, el abultado paquete de consejerías y las entidades descentralizadas, no alcanzaron para saciar a tantos y tan voraces tragones, y tuvo que tomarse más tiempo para crear cuatro oficinas nuevas, con rango de ministerios que él denomina como "grupo pequeño pero empoderado de asesores del presidente". Igualmente, ese raro y por demás peligroso cogobierno que le fue asignado al vicepresidente Vargas Lleras, dizque para presidir la Comisión de Proyectos de Interés Nacional Estratégico. Mmm… ¡vaya uno a saber qué se traerán entre manos…

En todo caso, esa colcha de retazos que armó con algunos ministros reencauchados (políticos que se acomodan en cualquier cartera), y otro grupo de esos que reciben su ministerio como pago por los favores recibidos en campaña y cuyo único fin es satisfacer sus intereses personales, será, lamentablemente, la que se encargue de asumir los retos que le esperan al país durante estos cuatro años que ojalá pasen prontamente, porque desde ya y al juzgar por los nubarrones que se ven en el horizonte, no pinta nada fácil.

Al presidente Juanpa II, asegurado ya por los próximos cuatro años, le corresponde ahora contar la verdad sobre lo que está sucediendo en La Habana, porque, como él mismo lo dijo, la paciencia del pueblo colombiano se está colmando.

No más envalentonadas en las que llama la atención a narcoterroristas delante de los civiles para que se le perciba enérgico ¡no… Tampoco pida más sacrificios al agobiado pueblo, las exigencias debe hacérselas a los criminales y si no las acatan levántese de la mesa.

No más engaños, esa paz del presidente Santos es irreal, lo que venden como paz, no es más que un arreglo que si se da, en los términos que exigen las Farc, será cualquier cosa menos paz.

No más engaños, no más palomitas de papel, llegó la hora ya de pasar del prendedor a la realidad.

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