Incierto el futuro en Bogotá

El 25 de octubre de 2015 se realizaran las elecciones regionales en Colombia, incluyendo Alcaldes de las principales ciudades, entre ellas Bogotá, y en caso de resultar elegido para Administrar a la capital un persona de la llamada izquierda que puede ser afecta al castrochavismo, definitivamente se estaría cayendo en un estado de masoquismo por parte de los habitantes de la urbe, porque once años dirigiendo la ciudad son suficientes para conocer las “bondades” de estos gobiernos de corte neopopulistas, que mediante la demagogia han ilusionado a los electores quienes muchas veces por falta de discernimiento se dejan llevar de cantos de sirena, en donde desde luego el clientelismo que está manejando la ciudad, posee un buen caudal electoral, de ahí que el lanzamiento de Francisco Santos por parte del Uribismo es el antídoto para evitar ver a la ciudad en un estado calamitoso.

Todo empezó en las elecciones de 2003 en donde Lucho Garzón candidato “alternativo” quien ahora es Ministro de trabajo, derroto a una persona bastante seria como lo es Juan Lozano, tomándose la dirección de Bogotá; ese cuatrienio se puede decir que paso sin pena ni gloria, porque aparte de unas obras en trasmilenio y reducidas acciones sociales, prácticamente se convirtió en una rutina sin mayores ejecutorias, a Garzón con el respaldo de lo que llaman izquierda lo reemplazo Samuel Moreno Rojas (nieto del general Gustavo Rojas Pinilla) quien gano con cerca de un millón de votos en el 2007, con ese triunfo tan aplastante sobre el exalcalde de Bogotá Enrique Peñaloza, prácticamente Moreno Rojas se convertía en una opción presidencial para el 2014, después de que terminara su mandato.

Pero la corrupción en la administración de Samuel Moreno, con el carrusel de la contratación fue un escándalo mayúsculo, terminando con su hermano Iván en la cárcel, con destitución incluida para el Alcalde, sin embargo un buen sector de los que respaldaron a Samuel supieron exculparse por las andanzas de este, y montaron el progresismo encabezado por el actual mandatario Gustavo Petro quien habilidosamente se separo del Polo Democrático, partido responsable de los descalabros en Bogotá.

Petro gano las elecciones de 2011, con un 32% de los votos, por la proliferación de Candidatos para la Alcaldía, convirtiéndose la actual administración en una verdadera pesadilla para  los resignados habitantes de Bogotá, por ejemplo en materia de movilidad en donde el arreglo y construcción de vías prácticamente es inexistente, con un trasmilenio que se hace agua por todas partes y un sistema integrado de transporte que todavía no funciona como se necesita, sin embargo Petro promete la construcción de un metro subterráneo, para el cual el suelo Bogotano no es apropiado y si se llevara a cabo esa obra, su construcción podría durar varios años con gigantescas incomodidades para los ciudadanos, pues al realizar el megaproyecto, habría que hacer algo similar a cuando una familia va a remodelar su apartamento en forma general, que le toca desocuparlo, de la misma manera en la construcción del metro como lo propone el Alcalde habría una diáspora de un buen porcentaje de habitantes de Bogotá, porque la construcción de la obra haría invivible la ciudad en buena parte de ella, lo cual definitivamente convierte la iniciativa de la administración en algo utópico.

También la construcción de vivienda nueva en la capital ha sido una quimera, porque de la 70.000 soluciones que se comprometió a entregar Petro, en ese aspecto perdió también la asignatura, ya que el POT que busco imponer, fue rechazado por el Concejo, parando prácticamente la construcción en Bogotá, con lo cual se ha encarecido enormemente la tierra, favoreciendo a los que tienen la propiedad raíz como engorde y haciendo que se desplace la construcción a los municipios vecinos, pero para completar el cuadro de ineptitud, promete construir vivienda de interés social para los pobres en lotes de propiedad del Distrito en estrato 6, lo cual podría ser viable si se planifica y no se cae en enfrentamientos innecesarios con los habitante tradicionales de esas zonas, ya que los estratos socioeconómicos están superados en las principales urbes del mundo por discriminatorios, pero Petro usa esa figura como embeleco para ocultar su falta de gestión en materia habitacional, porque ni construyo las 70.000 viviendas con las que se comprometió, ni las 300 de interés social que se pueden hacer en los estratos altos, ya que su Alcaldía vive del cuento.

Sin embargo familiares de la esposa del Alcalde, contradiciendo las normas ambientales, buscan construir 80 apartamentos en el humedal de la Conejera en Suba, lo cual ha sido rechazado vehemente por algunos concejales y vecinos del lugar, a pesar del visto bueno de la secretaria Distrital de ambiente, ello demuestra la falta de coherencia de la administración de Petro, que también se raja en seguridad ante el aumento de los delitos.

Petro se ha hecho sentir con sus Alcaldadas, cerrando hace más de dos años la plaza de toros la Santamaría, quitándole el derecho fundamental al trabajo a miles de personas y a pesar de que la Corte Constitucional revivió las corridas en Bogotá mediante una sentencia, el burgomaestre ha intentado dilatar los arreglos del coso, cuando el alto tribunal le dio 6 meses para abrir el escenario a partir del anterior mes de septiembre. Siendo curioso también que a punto de cumplir el año de ser destituido por la Procuraduría aun permanece en el cargo a base de leguleyadas, amparado en unas medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que no son vinculantes, sino recomendaciones.

Entonces las alcaldías de la llamada izquierda que han regido a Bogotá desde hace 11 años, se pueden caracterizar por su ineptitud, corrupción, improvisación, chamboneria y autoritarismo, con lo cual la ciudad ya toco fondo por la mala decisión al elegir personas incapaces ya sea desde el punto de vista ético, técnico o político para conducir sus destinos, porque sería un acto de masoquismo repetir otro fracaso con un candidato o candidata de los que ofrecen los movimientos alternativos, huelga a decir Polo Democrático o Progresistas de Petro, ya que también se caería en un estado de irracionalidad, al no usar el voto castigo en contra de quienes han gobernado mal a Bogotá, en esas circunstancias tan deplorables el Centro Democrático con la candidatura de Francisco Sanos debería buscar un gran acuerdo para que confluyan la mayoría de corrientes y partidos, con el fin de rescatar a Bogotá de las aventuras neopopulistas.

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