Hoy queremos compartir con nuestros lectores lo que nos relata Lee Kuan Yew en su libro De Tercer Mundo a Potencia, en el que describe lo que sucedió en Singapur a propósito de un crítico proceso de vivienda social que sufrió el país y que nos cae como anillo al dedo para comentar el despropósito del alcalde Gustavo Petro en Bogotá.
Esto nos relata el autor: Tuvimos problemas enormes, especialmente en las etapas tempranas cuando sacamos a los granjeros de sus tugurios libres de renta, sin agua, sin luz, sanidad moderna, y por lo tanto ninguna cuenta de servicios públicos, a edificios de gran altura con todo esto pero también una carga mensual que debería pagarse. Fue una experiencia violenta desde el punto de vista personal, social, y económico.
Los ajustes fueron complicados y se tuvieron resultados cómicos, casi que absurdos. Algunos de los criaderos de cerdos no pudieron soportar la idea de deshacerse de los animales, por lo que los trajeron a los edificios. Algunos, incluso, fueron vistos persuadiéndolos por las escaleras. Una familia, una pareja con doce hijos, al mudarse de una choza en la carretera vieja del aeropuerto, trajo una docena de pollos y patos para criar en la cocina. La madre construyó una portada de madera en la entrada de la cocina para evitar que se salieran a la sala. En las noches, los niños salían a buscar gusanos e insectos en los parches verdes afuera. Esto lo hicieron por diez años, hasta que se mudaron a otro apartamento.
Los malayos preferían quedarse más cerca de los pisos bajos. Hicieron huertas alrededor de los edificios tal como lo hacían con sus kampongs. Por mucho tiempo, muchos chinos, malayos, e indios subían por las escaleras, no por el ejercicio sino por el susto a ellos. Había gente que continuaba usando lámparas de keroseno en vez de bombillas eléctricas. Otros continuaban con sus negocios antiguos, vendiendo cigarrillos, dulces, y artículos diversos desde el salón del frente en las plantas bajas. Todos pasaron por un shock cultural.
Haría bien el señor Alcalde Mayor de la capital en tomar nota de estas experiencias y dejar de atentar contra la ciudad y sus habitantes.
