¡Qué bonito país!

Tremendo caos institucional el que estamos viviendo en Colombia.

Ahora son los ministros quienes tramitan las leyes en el Congreso y los congresistas  (de la Unidad Nacional) quienes nombran y administran los presupuestos de las entidades públicas. La justicia sigue en paro desde hace 50 días, la policía y la fiscalía desprestigiadas, los militares oprimidos y los órganos de control sin legitimidad para castigar a quienes infringe la ley.

En el manejo de la economía comienza a manifestarse un nerviosismo sospechoso. La caída del precio del petróleo, la disparada del dólar, el derroche del gobierno en el gasto público, la corrupción o mermelada repartida, la espantada inversión extranjera y el costoso proceso de paz con la guerrilla de las Farc, tienen las finanzas públicas con hueco fiscal enorme que pretende tapar con mas impuestos a los colombianos. Como van las cosas, el 2015, será un año bastante complicado. El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, va tener que ser mas creativo, dejar de ser tan terco y trabajar de la mano con la clase empresarial del país. El palo no está pa’ cuchara.

En lo que respecta a la seguridad alimentaria de los 47 millones de colombianos, las cosas también andan bastantes enredadas. Además del cambio climático, la escasa infraestructura rural, la extorsión y los altos costos de producción que golpean la productividad al sector agropecuario, ahora nos toca aguantar las agresiones y el caos jurídico que la izquierda y un puñado de ONGs extranjeras han creado con política de tierras. Lo peor del cuento, es que ninguna de esas personas -jamás en su vida- han sembrado una hectárea de maíz, yuca o arroz. Mientras tanto seguimos sin explotar mas 4 millones de hectáreas baldías (a través de arriendo de la tierra) con las cuales podríamos sustituir los 10 millones de toneladas de alimentos que importamos de Estados Unidos y los países del Mercosur entre otros.

En los sectores de la salud y la educación el desbarajuste es aun mayor. Al ministro de la Salud, Alejandro Gaviria, le ha tocado dedicar mas tiempo en resolver los escándalos de corrupción que en implementar un nuevo sistema que elimine el ineficiente servicio a los ciudadanos. La ministra de Educación, Gina Parody, va por el mismo camino. Con los recientes escándalos de irregularidades administrativas y académicas en una veintena de universidades, le ha tocado librar mas un papel de superintendente, que de rectora de la política educativa del país.

Pero no todo es caos. Con el proyecto de Ley que están impulsando Roy Barreras y uno de los muchachos Galán para legalizar el consumo de la marihuana con fines medicinales en Colombia, seguramente se recompone la economía del país. Como tendrán que legalizar también los cultivos de marihuana, seguramente el Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, propondrá que estos se desarrollen únicamente en las Zonas de Reserva Campesina que el Gobierno va a crear para los desmovilizados de las Farc. Muy pronto veremos las largas colas de pacientes nacionales y extranjeros en las EPS de Roy, reclamando su dosis de porros diarios. ¡Que bonito país!

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