Días de incertidumbre

Los días transcurren y las incertidumbres crecen en el mundo entero. Aquí en el continente americano es demasiado temprano para emitir juicios de valor sobre la reciente elección del nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos. Se trata de alguien comprometido en el pasado con la violenta subversión experimentada en el extremo Sur. Dijo en sus primeras declaraciones que trabajará más que por la democracia, por la “solidaridad”.

Nuevas y graves interrogantes se levantan con relación a esta estructura. Bajo la dirección de Insulza dejó un sabor de ineficiencia, comodidad y hasta de complicidades inaceptables. Ha perdido peso e influencia en la lucha por la libertad y los derechos humanos, pero le ha hecho honor a la condición de club de los gobiernos que, con honrosas excepciones, se defienden a sí mismos haciendo caso omiso a la Carta Democrática que señala principios y normas para concretarlos y al interés general de los pueblos que deberían interpretar y representar. Ya veremos.

Recientemente hemos seguido de cerca tanto la última reunión de UNASUR, como la del ALBA celebrada en Caracas, así como la reunión extraordinaria de cancilleres de la OEA. Todas para promover “solidaridad” con el gobierno que dirige Nicolás Maduro en Venezuela, olvidando que para el día de hoy cuenta con el rechazo de más del 80% de la población. Se hace en nombre de un antimperialismo de opereta bufa para presentarlo como una eventual víctima de Estados Unidos para “apoderarse de nuestro petróleo”, como dijo textualmente la triste ministra de relaciones exteriores de Venezuela en la citada reunión. El motivo concreto ha sido la anulación de visas y congelamiento de cuentas y bienes de siete altos funcionarios venezolanos acusados de corrupción y violaciones a los derechos humanos. El gobierno de Venezuela es considerado una amenaza para la seguridad del país norteño, por sus vinculaciones con el narcotráfico y el terrorismo en el mundo, incluido el extremismo islámico. Maduro y su gobierno no investigan, premian a los señalados, incluso designó a uno de ellos como ministro de relaciones interiores, justicia y paz. Nada más ni nada menos.

Con responsabilidad afirmamos que Estados Unidos no es el enemigo del pueblo venezolano. Ese protagonismo lo tiene de manera exclusiva y excluyente, el gobierno que dirige el infame régimen orientado ideológicamente por un socialismo a la cubana que la nación quisiera enterrar. Acaba de solicitar y obtener una Ley Habilitante para legislar por decreto y hacer frente a la guerra que se libra contra el imperialismo. Esa guerra es contra el pueblo que gobierna, contra la oposición y hasta contra los indiferentes declarados oficialmente traidores a la patria por no respaldar al régimen activamente. ¿Qué pasará? No sabemos, pero…!

David Ben Gurión, alguna vez dijo: “Todos los expertos lo son en lo que fue, pero no hay expertos en lo que será. Para convertirse en un experto del futuro, es necesario tener más visión que experiencia”. Esperamos la próxima Cumbre Iberoamericana que se reunirá los primeros días de abril en Panamá.

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