“Tanto va el cántaro al agua hasta que por fin se rompe»

Tenebrosa oscura temible y amedrentadora son las acciones del Fiscal en contra del magistrado Pretelt, con el único propósito de favorecer a los narcoterroristas; es sólo una muestra de la corrupción de la justicia colombiana, y desde luego, da por sentado lo que dijo un abogado, “la ética y la moral no hacen parte de la justicia”, o sea, que mientras no se descubra toda esa corrupción pueden seguir tapándose, asesorándose, eligiéndose, pensionándose, y dando conceptos defendiendo a los corruptos y el pueblo colombiano viendo como desfilan los testigos falsos, entrando al baile del Fiscal General de la Nación, queriendo decir que la cosa se pone cada día más buena y que los sobornos son de mayor cuantía para este prominente ibaguereño.

El presidente Juan Manuel Santos, bastón mayor en el dominio de los tres poderes tiene las mayorías en el congreso, e igualmente imparte órdenes a magistrados y juega con el hambre de algunos periodistas capitalinos que tienen las rodillas bastante maltratadas.

De otro lado, los narcoterroristas quieren recuperar el territorio perdido en el gobierno de Seguridad Democrática, y posiblemente lo lograrán con la anuencia del presidente; da tristeza y desconsuelo para todos los colombianos, que “este buen señor”, donde hay entuertos y malos manejos, siempre ha sido sujeto activo. Recordemos como siendo ministro de Hacienda de Andrés Pastrana, fue quien le sugirió la zona de distracción y destrucción, luego en el gobierno Uribe fue el autor de los falsos positivos para enlodarlo y aún así, hay mucho ingenuo que le sigue creyendo que traerá la paz a nuestro país, cuando la corrupción es su tradición, como buen tahúr del póker. Despojó al pueblo de la bonanza heredada de Álvaro Uribe Vélez en sus narices, se la cambió por ofrecimientos, ni siquiera, guiñapos de tanta opulencia, que sí le entregó a gobernadores, alcaldes y representantes de la tal unidad nacional, que recibirán nuevamente mucha mermelada para tratar de repetir en octubre, el raponazo del 15 de junio del año inmediatamente anterior.

El pueblo no cree en la justicia que se está impartiendo en la actualidad en nuestro país, por eso seguiré defendiendo la democracia, porque el cántaro está que se rompe.

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