Desde la calle

Las calles del Ecuador están agitadas, el dictócrata ha dicho que quienes están protestando en las calles son solo cuatro pelagatos, que son solo la gente adinerada, su negación absurda lo ha llevado a elaborar una campaña propagandística a su favor cuyo lema es “somos más, muchos más” así mismo ha despilfarrado dinero del erario en medios internacionales con mensajes que hablan de un Ecuador “perfecto, progresista y de buen manejo económico”. Hay quienes se lo han creído, entre ellos mandatarios de otros países, que incautamente hasta le han pedido asesoramiento a Correa de cómo implementar ese “modelo exitoso”.Pero lo que realmente motiva al dictador es tener aliados para consagrase como sucesor de Chávez. Hoy esos incautos presidentes de otras naciones, así como la comunidad internacional se están preguntando ¿Acaso no era el de Correa un modelo exitoso? ¿Por qué el pueblo ecuatoriano está levantado en las calles?, la respuesta es sencilla y lógica: cuando la gente protesta hay inconformidad. Lo que no sabían muchos es que detrás de la obra pública tan publicitada a nivel mundial está el más grande robo de la historia, carreteras facturadas al quíntuple del valor comercial, dicen los más respetados analistas que solo el 30% del presupuesto del Estado está justificado y que no se sabe que han hecho con el resto del dinero, y que a pesar de haber tenido la mayor bonanza petrolera de la historia también ha sido histórico el despilfarro y el endeudamiento con China; en poco la capacidad de endeudamiento del Ecuador habrá llegado a su límite y colapsaremos, como no se ha generado inversión extranjera, trabajo ni productividad, por ello el régimen impulsa un paquete de 16 enmiendas a la Constitución que según su mismo autor (Correa) iba a durar 300 años, ahora resulta que ni su propio traje a la medida le quedó bueno, ahora con esta modificación pretende apropiarse de las herencias en una escala que va desde el 7% hasta el 75%, es decir, se pretende legalizar el robo a las propiedades con expropiación arbitraria desde el marco constitucional. Hace poco elevó los aranceles hasta el 45% y a las cocinas a gas hasta el 100%, acaba de hacer un préstamo de 500 millones a Tailandia ante la falta crediticia de mejor nivel con otros países, en cambio dentro del mismo ALBA Evo Morales se jacta de que varios países de América le han solicitado préstamos a Bolivia. Por otro lado toda esta corrupción ha sido denunciada por opositores que en el mejor de los casos han terminado encarcelados, otros fueron asesinados o secuestrados y otros obligados al exilio.Los poderes del estado se encuentran todos subyugados al poder ejecutivo por lo que todo intento de fiscalización a la cosa pública o de justicia a crímenes de Estado es truncado. Continuando con el modelo castro-chavista Correa intenta vía enmienda perpetuarse en el poder instaurando la reelección indefinida con un Consejo Electoral conformado solo por sus adláteres, y sintiéndose eterno desde su permanente tribuna menoscaba a todo aquel que disiente o que denuncia la corrupción de su régimen. Es así que él mismo atizó el fuego, todo el país se encuentra este momento en las calles; mestizos, afros, indígenas de todas las clases sociales pidiendo el fin del régimen para darle la vuelta a la página de la historia, el que sembró vientos hoy cosecha tempestades; la oposición agotó todas las instancias constitucionales intentando recuperar el estado de derecho y la democracia, a esta hora hay carreteras bloqueadas y células de rebeldía por doquier, Correa les llama “golpistas”, y a ellos les vale un comino, y le responden: “digas lo que digas, hagas lo que hagas te vas”; las redes sociales se encuentran inundadas con la etiqueta #FueraCorreaFuera, Correa se olvidó que esto es Ecuador, que aquí por mucho menos de lo que ha hecho su régimen el inquilino de Carondelet se ha tenido que marchar, y si tomamos en cuenta que este ha sido el gobierno más corrupto de la historia no es difícil suponer cual podría ser su destino. Para algunos sería hacer justicia, para otros es algo así como un sueño anhelado y necesario. Entre esos estoy yo.

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