Dólar y narcotráfico

Según la teoría económica, cuando se da una depreciación de la tasa de cambio real, los recursos productivos se desplazan desde los sectores no transables, como la construcción y los servicios de cortes de pelo, hacia los transables, como las exportaciones y los sectores que compiten con las importaciones.

Si los precios son elásticos y los recursos productivos como el trabajo y el capital son flexibles, entonces, la economía debería permanecer con alto empleo y sin mayor trauma.

La realidad de los países es, sin embargo, muy distinta a los libros de texto. En una economía como la nuestra existen, no sólo sectores formales, sino, también, informales e incluso ilegales. Y, ante cambios en los precios relativos, entonces, los recursos se mueven, no sólo entre transables y no transables, sino entre formales e informales y entre formales e ilegales.

Así, con una fuerte depreciación de la tasa de cambio debemos esperar que entre los sectores favorecidos estén los cafeteros, las familias receptoras de remesas del exterior, pero también toda la cadena del narcotráfico.

El alza del dólar cae como anillo al dedo al narcotráfico porque, además, coincide con el incremento de las hectáreas sembradas de coca, según cifras de las Naciones Unidas. De esta forma, y como en el pasado, este sector continuará afectando, no sólo al resto de la economía, sino también a la política y a las condiciones de seguridad, en la medida que grupos ilegales alzados en armas se nutren de esta fuente de recursos. Infortunadamente, los efectos del aumento de recursos del narcotráfico son aún mayores, pues buena parte de los dólares que genera son “lavados”, lo que, a su vez, induce importaciones ilegales —contrabando— de una gran variedad de productos que incluyen gasolina, cigarrillos, azúcar, granos y otra inmensa cantidad de artículos manufacturados.

Es cierto que mucha gente preferiría negar o ignorar la presencia en nuestra economía de la economía ilegal. Pero sería muy torpe hacerlo porque este sector ha sido, infortunadamente, un factor crucial en la historia de nuestro país desde hace mas de 30 años. Es bien conocido, por ejemplo, que la expansión de los grupos paramilitares no hubiese sido posible sin el narcotráfico como una de sus fuentes de financiación. La penetración del narcotráfico en la política es también otro hecho incontrovertible. Pero este fenómeno también puede ayudar a explicar otros fenómenos, como la negativa de las Farc a entrar en un proceso de paz durante el gobierno de César Gaviria, a quien la Constitución de 1991, en dos artículos transitorios, le dio facultades casi absolutas para alcanzar acuerdos con los grupos alzados en armas. Con estas normas legales, y la voluntad general que había por lograr la paz, las Farc hubiesen podido lograr unas condiciones casi irrepetibles para pasar a la vida legal.

Pero se negaron a hacerlo porque se sentían más poderosas que nunca, gracias al gramaje y tributos que cobraban a la siembra de coca y a la cadena del narcotráfico, lo que les permitió expandirse de unos 800 a mas de 6000 miembros en la década anterior.

Como en el pasado, entonces, los cambios en la tasa de cambio continuarán afectando a la economía, a la política y a la seguridad, no sólo a través de las actividades legales y formales, sino también por sus efectos sobre las actividades al margen de la ley.

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