El glosario del Ministro

Cuando fue ministro Juan Carlos Pinzón, no se cuestionaban sus versiones sobre los acontecimientos.

Durante casi 48 horas los colombianos vivimos un doloroso intercambio de versiones contradictorias sobre lo que había sucedido con el Black Hawk en Urabá, donde murieron 16 policías. Es el tercer helicóptero de la Fuerza Aérea recientemente accidentado, más un avión Casa. Y como circulan las evidencias filmadas de los lanzamisiles aéreos rusos de las Farc, fue apenas natural que hubiera gente preguntando, en medio de esta democracia, por la posibilidad de un atentado terrorista o de una falta de mantenimiento de las aeronaves de guerra, hoy obligadas a permanecer en tierra por un gesto con el proceso de paz.

En otras épocas habría bastado la versión del Ministro de Defensa para calmar los ánimos. Es la voz de la institucionalidad. Sin embargo, el uribismo logró casi simultáneamente exacerbar las inquietudes sobre lo ocurrido con sus versiones de que al helicóptero lo derribaron y de un sobreviviente con heridas de bala.

Que un ministro de Defensa logre que le quiten tan fácilmente el manejo de una situación de crisis (más aún cuando tiene la razón porque probablemente atentado no hubo), demuestra que este Gobierno ha descendido de los límites razonables de la credibilidad.

Tan es así que los elementos de juicio para dos versiones tan contradictorias, como la del Gobierno y la de la oposición, eran los mismos e igualmente fueron mal utilizados: principalmente las imágenes de una gigantesca columna de humo, ante la cual el Ministro no se limitó a explicar con humildad que no conocía la verdad de lo ocurrido. No. Villegas se apresuró a decir que la aeronave, volando a alta velocidad, se había estrellado por mal tiempo contra una ladera (y después que se le habían congelado las aspas), mientras que la misma columna de humo era, para el uribismo, prueba de un ataque armado desde tierra. La descripción del Ministro acerca del mal tiempo no era compatible con las imágenes del día soleado que los colombianos vimos por los medios. Tampoco apareció por ningún lado la tal ladera. Y todo se complicó con la transmisión del audio de un técnico que narraba lo que estaba viendo desde otro helicóptero de la policía, sin descartar que un ‘tatuco’ hubiera podido impactar desde abajo a la aeronave. Para el Ministro se trataba de un audio “de fuente no creíble”. Pero resultó oficial. El técnico lo entregó de manera reglamentaria a sus superiores como primera hipótesis in situ de lo que pudo haber sucedido. Aunque tampoco era concluyente, como lo presentó ligeramente la oposición.

Mientras fue ministro Juan Carlos Pinzón, nadie cuestionaba sus versiones sobre los acontecimientos, aunque le criticaran su virulencia verbal, que incluso determinó su salida cuando el Gobierno la consideró obsoleta ante las nuevas necesidades del proceso de paz. Pero el país le creía. Este nuevo ministro empezó con el pie izquierdo. Es difícil creerle desde que cayó en la payasada de ‘desescalar’ verbalmente el conflicto, que realmente consiste en no llamar a las cosas como son –por ejemplo, no decir que las Farc atacaron al Ejército, sino que lo hostigaron–, lo cual nos ha llevado a que tengamos que interpretar sus declaraciones con un glosario.

Así, su expresión ‘hipótesis más creíble’ sobre la versión del accidente que manejó en las primeras horas sonaba como algo muy débil que mantendría hasta que tuviera que rectificarla, si aparecía evidencia más sustentada. Cuando se le preguntó por la asociación en el negocio del narcotráfico de la banda de ‘los Úsuga’ con las Farc en la zona urabeña donde ocurrió el accidente, balbuceó que no sabe “qué tan conjuntamente comparten esa área”, pero que allí “los Úsuga deben ser altos contribuyentes de las Farc”. Y en su nuevo léxico ‘desescalado’, acusó de “hipersensibilidad exagerada” a los que preguntaban por la muerte de los 16 policías calcinados.

Eso no es hipersensibilidad, ni es exagerada, Ministro. Es puro dolor de patria. Y lo peor que le puede pasar a un gobierno urgido de credibilidad es no llamar las cosas por su nombre, dar versiones arrogantes a medias cuando no conoce toda la verdad y ponerse bravo con los colombianos que preguntan.

Entre tanto… Siquiera apareció el Boeing 777-200 de Malaysia Airlines, porque nos tenían locos los extraterrestres.

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