¡Desconcierto!

Hace pocos días los colombianos y la comunidad internacional nos enterábamos a través de las noticias de que en un acto con el más amplio despliegue de los medios de comunicación del mundo y con la presencia del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el Jefe de las Farc Timochenko y el presidente de Cuba, Raúl Castro, que se había logrado un acuerdo en materia de justicia transicional y que en un plazo máximo de 6 meses se lograría el acuerdo final frente a todos los temas de la Agenda.

La comunidad internacional y parte de la nacional entendieron que ya con este acto y acuerdo se había logrado un pacto de paz que pondría fin a más de 50 años de conflicto. Incluso en Madrid donde me encontraba, muchas personas me felicitaban como colombiano de este logro, pero de inmediato me preguntaban que lo que no entendían era por qué se había aplazado seis meses el tiempo para lograr la firma final por lo que me tocaba explicarles que todavía faltaba acuerdo sobre dos puntos de la Agenda, además de retomar los cerca de 28 subtemas dejados de acordar en los puntos ya discutidos de la Agenda. Lo incomprensible ahora es entender por qué después de lograr ese acuerdo, transmitido mediante un comunicado de diez puntos al mundo entero, el Gobierno propone reabrir la discusión para clarificar algunos puntos que según el Gobierno, las Farc están malinterpretando. Esto hace que se llene de dudas lo actuado y que se haga indispensable que tanto el Gobierno como la guerrilla den a conocer el texto exacto del punto de justicia. El país merece y está en su derecho de tener esta información pues de lo contrario lo que se pretende es convertir el comunicado de prensa en el acuerdo y lo acordado en la reglamentación del comunicado. Me pregunto qué pensarán los mandatarios y líderes del mundo que felicitaron al Presidente en su reciente visita a New York y las gentes que lo aplaudían en los corredores al ver que ahora se reabre la discusión de lo acordado. Cuando uno cierra un acuerdo no se puede, antes de cumplir una semana de haberlo logrado y de haberlo lanzado al mundo con bombos y platillos, salir a decir que hay malas interpretaciones. Los acuerdos deben ser claros y transparentes pues de lo contrario lo que están construyendo es desconfianza. De ahí la importancia de que tanto la guerrilla como el gobierno vuelvan público el acuerdo anunciado. Todos los colombianos debemos pedir y exigir que pongan en nuestro conocimiento lo acordado. La paz real y verdadera es viable si le ponemos pueblo a los acuerdos y si se socializan para su refrendación en el marco de la democracia.

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