2016: facturarle a la corrupción

Es inminente una subida de impuestos. ¿Podremos hacer algo contra la corrupción? Sorpresas de la última encuesta 2015.

Un estudio de Gallup presentado la semana pasada está lleno de noticias: la percepción de inseguridad ha mejorado; también, atención al agro y Educación. Se confirma que la gente respalda los diálogos y una mayoría votaría a favor de los acuerdos. Para las FARC, la postura de buscar la Paz comienza a dar réditos políticos: su aprobación ha pasado desde el 1% hasta el 12% en unos meses, señalando que, una vez convertidos en partido político, serán una opción electoral.

Destaca, sorpresivamente, en contraste con las innumerables cuñas de la Vice presidencia, el desmejoramiento en construcción de vivienda popular, que cae nueve puntos desde hace un año, y transporte, que pierde cuatro en el último periodo medido.

Pero la noticia, entre tantas que trae la encuesta, es que empeoran economía, que pasó de 63% a 74%, y costo de vida, que llegó hasta 89%.Las dos cifras más altas desde abril de 2008 cuando se comenzaron a medir por la misma encuestadora. El descuadre de las finanzas públicas y los efectos de la devaluación en la inflación se comienzan a sentir. Las expectativas, un factor determinante en inversión y crecimiento, comienzan a generar incertidumbre. Eso es malo para todos.

La semana pasada se anunció un nuevo recorte del gasto por 3.5 billones en el presupuesto de 2016 para cumplir con la regla fiscal. No deja de ser una disposición recesiva en un escenario en que el pronóstico “optimista” de crecimiento es 3.2%.Dentro de las medidas que se vienen las más importantes serían un aumento del IVA, que puede pasar de 16% a 18%, y la ampliación de la base tributaria. Sin embargo, será difícil mantener estricta ortodoxia en el manejo de la economía si el precio del petróleo no mejora y el crecimiento esperado resulta inferior. En ese caso gobierno y congreso tendrán que plantearse, a profundidad, la inconveniencia de la regla fiscal, una camisa de fuerza para el cumplimiento de las funciones del Estado, como se ha debatido en Europa y hemos señalado en anteriores columnas. En un escenario recesivo, ¿Qué pueden hacer gobiernos con las manos amarradas?

Si las cifras arrancan con una perspectiva negativa en 2016 el gobierno no puede seguir reduciendo sus niveles de gasto y, por el contrario, debe aumentarlos, por lo que ese debate estará vigente al conocerse las cifras del PIB en el último trimestre y el primero del próximo año.

Pero, por otra parte, será complicado aumentar el IVA y ampliar la base tributaria sin resultados claros en la lucha anti corrupción y mejoras en eficiencia y gestión del gasto público. De acuerdo con una encuesta realizada a empresarios recientemente, el nivel de mordidas llegaría casi al 20%, una cifra suficiente para reducir el déficit, aunque en la contratación de las regiones se habla de coimas superiores al 50%. Allí, muchas veces, los organismos de control son escogidos por las mismas coaliciones que eligen a los gobernantes

Contraloría y Procuraduría, que se ocupan siempre de la agenda coyuntural opinando sobre lo divino y lo humano, deben, en adelante, cumplir las funciones para las que fueron creadas. Como instituciones están perdiendo por goleada la lucha contra la corrupción. En Colombia los grandes entramados, como el carrusel de los contratos, han sido destapados por los medios y no por esas entidades. No es sostenible una sociedad democrática en que mientras a los colombianos les esperan más impuestos los ladrones sigan “ejerciendo” tan campantes. ¿Alguien les cobrará en 2016?

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