64 páginas que refundarán la justicia

¿Y al fin, algún día, sabremos qué significa "restricción efectiva de la libertad" para los autores de delitos de lesa humanidad de las Farc?

Luego de leerme las 64 páginas del Borrador Conjunto del Acuerdo sobre las Víctimas del Conflicto, redactado entre los delegados de la mesa de negociación de las Farc y del Gobierno, opino lo siguiente.

Parece que nuestro Estado de derecho no les alcanzó a los negociadores de La Habana para satisfacer las necesidades de las víctimas ni para el esclarecimiento de la verdad.

A partir de ahora, tendremos que acostumbrarnos a la refundación de nuestra justicia por imposición de las Farc, bajo novedosas siglas: la SIVJRNR (Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición); y la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz), entre otros. También oiremos hablar de PDET, MAP, AEI, MUSE y REG.

La JEP estará constituida por una Sala de Amnistía e Indulto y por un Tribunal para la Paz, que investigará, esclarecerá, perseguirá y sancionará las graves violaciones del Derecho Internacional Humanitario. ¿Pero cómo se elegirán los magistrados de estos corpúsculos? Nadie se ha atrevido a aportar todavía una fórmula salvadora que conjure el peligro de que las Farc designen a sus propios jueces. Ni siquiera un organismo de corte mamerto internacional nos protegería.

Pero, además, como carta de presentación de este acuerdo de La Habana, se estudian con gran entusiasmo “medidas de reparación integral de las víctimas”, incluyendo “los derechos a la restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y no repetición”.

Lo único malo es que para todo eso se necesita mucha plata y ya ‘Iván Márquez’ salió a informarle al mundo que las Farc, dizque luego de tanta actividad ilegal, no tienen ni “un chivo”. De manera que para resarcir a las víctimas, este acuerdo viene adornado con un listado de intenciones hermosas. Las Farc se comprometen a “reparar a los campesinos desplazados, a participar en la protección del medioambiente, a construir y reparar las escuelas, carreteras y viviendas, a hacer desarrollo rural, mejorar la electrificación y la conectividad de las zonas agrícolas, construir centros de salud, vías públicas, programas de acceso al agua potable y sustitución de cultivos”.

En conclusión, las Farc juran promover “la convivencia en los territorios, en el entendido de que ella no consiste en el simple compartir de un mismo espacio social y político, sino en la creación de un ambiente transformador que permita la resolución pacífica de los conflictos y la construcción de la más amplia cultura de respeto y tolerancia en democracia. Para ello promoverá un ambiente de diálogo y creará espacios en los que las víctimas se vean dignificadas, se hagan reconocimientos individuales y colectivos de responsabilidad y, en general, se consoliden el respeto y la confianza ciudadana en el otro, la cooperación y la solidaridad, la justicia social, la equidad de género y una cultura democrática que cultive la tolerancia, promueva el buen vivir, y nos libre de la indiferencia frente a los problemas de los demás”. Es lo que el ministro Juan Fernando Cristo denomina graciosamente, creo, “que las Farc dejen de echar bala y se dediquen a echar carreta”. No puede ser más exacta su descripción.

¿Y al fin, algún día, sabremos qué significa “restricción efectiva de la libertad” para los autores de delitos de lesa humanidad de las Farc? El documento de 64 páginas solo dice: “Restricción efectiva significa que haya mecanismos idóneos de monitoreo y supervisión para garantizar el cumplimiento de buena fe de las restricciones ordenadas por el tribunal, de tal modo que esté en condición de supervisar oportunamente el cumplimiento, y certificar si se cumplió. La JEP determinará las condiciones de restricción efectiva de libertad que sean necesarias para asegurar el cumplimiento de la sanción, condiciones que en ningún caso se entenderán como cárcel o prisión, ni adopción de medidas de aseguramiento equivalente”.

Ay, presidente Santos. Yo hasta le ayudo, pero esto suena como a pícnic.

Este galimatías es aquello sobre lo cual los colombianos votaremos que sí o que no el miniplebiscito tramitado. Que fue tramitado por el Gobierno, con la complacencia del Congreso más eunuco de la historia de Colombia.

Entre tanto… Buena serie para las vacaciones. ‘The Fringe’, si son amantes de la ciencia ficción.

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