El año de la verdad del Frankenstein político

Pilato entonces le dijo: ¿Así que tú eres rey? Jesús respondió: Tú dices que soy rey. Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la Verdad. Todo el que es de la Verdad escucha mi voz. Pilato le preguntó: ¿Qué es la verdad? Y habiendo dicho esto, salió otra vez a donde estaban los judíos y les dijo: Yo no encuentro ningún delito en Él. Empero vosotros tenéis costumbre, que os suelte uno en la Pascua: ¿queréis, pues, que os suelte al Rey de los Judíos? Entonces todos dieron voces otra vez, diciendo: No a éste, sino a Barrabás. Y Barrabás era ladrón. Juan 18: 37- 40

Jesús no le negó a Pilato lo que creía, pero le hizo ver que su verdad (la de Jesús) no era una especulación, sino la vivencia de PERTENECER A ALGO y que ese algo tenía una naturaleza, unos principios, de los que se derivaban una conducta; es decir, se escuchaba o seguía, ESA CONDUCTA TENÍA DEMOSTRACIÓN. En términos de la moderna filosofía la Verdad de Jesús lo era en su contenido y en la coherencia y concordancia de lo que esa verdad producía en el individuo y la sociedad; verdad a la que, si se ‘escuchaba’ o seguía, podría dar testimonio de sí misma y demostrarse como lo hizo Jesús con su vida. En contraposición, Pilato solo le dio al pueblo su convicción jurídica sobre la verdad de la inocencia de Jesús, pero triunfó la verdad de la costumbre. Eso fue así porque Jesús hablaba de la Vida que es Verdad y la costumbre no necesariamente lo es. Por eso Pilato no esperó la respuesta de Jesús. Debido a esa actitud simbólica del gobernante, quizá, nosotros, al igual que Pilato preferimos oír nuestra propia versión de la ‘verdad’. Una versión que nos debe dejar tranquilos, como vemos que está ocurriendo con el Frankenstein ético y legal que se está armando en La Habana: pedazos de un cuerpo legal, ajustados a una conciencia criminal, presentados con el ropaje de la legalidad obligada. Le falta la inteligencia coherente y natural del cuerpo que armoniza las diferentes funciones, según la analogía de Pablo de Tarso.

Por otra parte, ‘el año de…’ se denominaría esa duración del tiempo en la que algo bueno, malo, hermoso, esperanzador, fuera de lo común, etc. sobreabundó. En la cultura china se denomina con nombres de animales que representan determinadas características sicológicas. En Deuteronomio 15 se habla del Año del Perdón de… las deudas, cada siete años. Semana tituló su edición de navidad como “El año del perdón” en razón de algunos episodios de perdón; pero nosotros recordaremos el 2015 como el Año del Perdón de las deudas…con la justicia, para las Farc & Co. Según la visión de HRW, sería el año de la impunidad; osegún la astrología santista, el año de los sapos, no de la verdad.

Por otra parte, el término verdad se usa frecuentemente para significar no solamente la coincidencia entre una afirmación y los hechos, la realidad a la que dicha afirmación se refiere o la fidelidad a una idea. También apunta a la honestidad, buena fe y sinceridad. Para los hebreos significaba la confianza y fidelidad cumpliendo lo que ofrecían. Una verdad más completa, creo, es el eje fundamental que no se ha tenido en cuenta para ‘acordar’ el entendimiento de un proceso complejo como es la paz. Veamos.

En una de sus ediciones Semana señaló la ‘verdad’ del “Sistema Integral de Justicia Reparación y no Repetición”, al decir que no era popular, pero sí práctico. Estableció una actitud ‘preferencial’ sobre la verdad, sin explicar su por qué.

La verdad pragmática del SIJRR es útil al darle a los actores del conflicto la capacidad para que algunas condiciones se verifiquen como ciertas de acuerdo con una ley acordada; es decir, tiene una coherencia limitada por las leyes nacionales, hechas a conveniencia; y las internacionales, ideadas para una justicia más universal. En este sentido lo verdadero es lo "útil" que merece ser conservado. Sin embargo, la VERDAD que la comunidad necesita es DIFERENTE; pues esa verdad requiere una COHERENCIA con el resto de las proposiciones de la sociedad que no son necesariamente jurídicas; y esa verdad también necesita concordancia entre el entendimiento que tenemos sobre lo que debe darse en una sociedad civilizada y lo conocido como realidad, en este caso las Farc, que es lo que perturba ese deber ser. Así, nuestra sociedad propone para la paz personas civilizadas con capacidad de vivir en armonía, no terroristas; es decir, condiciones existenciales, no necesariamente verdades jurídicas.

En ese sentido la paz debe ser, no solamente jurídica, sino coherente con lo que la sociedad pide. Así, ‘verdad’ significa que una proposición es verdadera si es coherente con el resto de las proposiciones del sistema del que forma parte; en este caso, el sistema social, no el jurídico. Es decir, en nuestro caso dos sistemas enfrentan sus verdades que son excluyentes. Ese es el SAPO MAYOR que no han explicado en términos académicos, sino folclóricos, para pasar de agache. HRW llama a ese enfrentamiento excluyente de la sociedad o el bien mayor ‘una piñata de impunidades,’ por lo que tenemos las siguientes observaciones o preguntas:

  1. ¿Con qué criterio podemos identificar y definir la verdad del “Sistema Integral de Justicia Reparación y no Repetición” en relación con los otros componentes del acuerdo y la verdad que la sociedad tiene sobre las Farc y lo que no ha podio proponer oficialmente, pero ha expresado como deseo? ¿Qué legitimidad le brindan los negociadores a esa verdad?
  2. ¿Tenemos los colombianos el derecho de expresar nuestro conocimiento directo sobre las Farc, o solo debemos decidir sobre lo que nos dicen los especialistas a través de su saber jurídico, o Roy Barreras mediante su ruta para la paz?
  3. Si la verdad que tenemos sobre las Farc es subjetiva, entendiendo como tal el odio, la simpatía, el apoyo, el conocimiento de sus atrocidades; ¿no es tan respetable esa verdad como la verdad objetiva de las sentencias judiciales o la de los negociadores? Todas las versiones de la verdad merecen la misma consideración mientras no se viole el derecho de los otros. Por lo tanto no hay enemigos, sino una posición subjetiva que merece respeto. Vemos que solo se respeta la subjetividad de las Farc y los negociadores.
  4. La verdad Interesa a la lingüística pues el lenguaje es expresión de la propia verdad. Por lo tanto un lenguaje cínico, es una verdad; no una actitud política de desenfado solamente.
  5. La verdad Interesa a la antropología filosófica, pues parece evidente que los seres humanos prefieren la verdad a la falsedad, al error o la mentira; y prefieren la certeza a la duda. Por lo tanto lo que nos puede decir la antropología sobre las Farc, o el gobierno, es una verdad de tanto peso como la jurídica.
  6. La verdad Interesa a la Historia, por cuanto el aprecio hacia la verdad y la condena de la mentira o del error varía en intensidad según las épocas y las culturas, pues tanto el concepto de verdad como su valoración no siempre es el mismo a lo largo de la historia y según las diferentes culturas. Por lo tanto el comportamiento histórico de las Farc es una verdad tan importante como el acuerdo jurídico y como indicio de su proyección futura.

La importancia de estos conceptos es que están arraigados en el corazón de los colombianos. De ahí que la complejidad del proceso debe ser atendida no solamente en lo que concierne a las Farc, sino a la sociedad que no debe ser engatusada con el concepto simplista de parar un baño de sangre, o resolver un conflicto, sino en atención a las diferentes manifestaciones de la verdad que no han sido honradas.

¿Por qué escogí hablar de la verdad y sus avatares? Porque todos los problemas del ser humano comienzan con la mentira como lo hemos aprendido en el texto fundacional de occidente, La Biblia, en el libro de Génesis. Eva fue engañada y de ahí se derivaron problemas serios. Si bien el relato puede ser alegórico, ilustra de manera clara la experiencia humana con la mentira. Además, en el siglo XXI podemos escoger cualquier periódico, cualquier día, y encontraremos testimonio de millones de mentiras culturales. Un ejemplo doméstico es la columna de Juan Lozano “Grandes inocentadas del 2015” en la que leemos sobre 20 mentiras del gobierno anunciadas con fórmulas académicas. Otro ejemplo son los cientos de falacias, o errores de pensamiento, mediante los cuales se procesan decisiones que fracasan y no sabemos por qué. Además, si miramos alrededor, no hay actividad humana, institución, esperanza, sueño, que no tenga su falsificación. Falsos glúteos, perfumes, pestañas, amores, billetes, abogados, médicos, curas; falsa virilidad con el viagra; hasta falsos mesías.

La ciencia dice que la mayoría de las personas miente en promedio por lo menos una o dos veces al día. Esta capacidad de mentir parece ser parte integral del desarrollo de una persona a través de la vida. Desde muy temprano, en la infancia, entre los 2 y los 5 años, los niños desarrollan estrategias de engaño y una comprensión de la verdad de tal manera que intentan crear una falsa creencia en otros. Menos conocido es el desarrollo de la habilidad para detectar mentiras. Por lo tanto, el Proceso de Paz y sus elaboraciones están inmersos, culturalmente, en una alta probabilidad de mentiras inconscientes, inevitables, consentidas, acordadas en nombre de un pragmatismo político cuyas consecuencias no han sido medidas.

Si reconocemos que la mentira es una característica de humanos inteligentes,imperfectos, esa misma inteligencia e imperfección nos ha llevado a idear, como país, un remedio contra la mentira, así como buscamos la cura del cáncer que puede ser fatal. El país es un organismo con diferentes sistemas y subsistemas que deben trabajar armónicamente. Como el cuerpo, el país cuenta con un sistema de liderazgo (1. cerebro), que tiene un territorio o dominio (2. el cuerpo); el líder debe tener un compromiso real con la salud del cuerpo (3. constitución) para garantizar la salud de sus miembros (4. ciudadanía); para ello dispone de principios aceptables de salud (5. la ley) otorgando privilegios y beneficios al que la cumple (6. buena salud); pero como ese ser vive en comunidad con otros, ese líder debe ser ejemplo de un estilo de vida y conductas aceptables (7. Código de Ética); ser garantía de seguridad (8. Ejército confiable) que garantice la estabilidad de la comunidad (9. seguridad económica), entendiéndose claramente con sus iguales mediante una cultura social (10. protocolo y procedimientos).

Si tenemos en cuenta la analogía anterior, nos es fácil entender que el buen funcionamiento de un organismo ‘fluye’ del cerebro que lo dirige y que cualquier ‘nuevo sistema’ como es el nuevo contrato social con las Farc, va a impactar de manera desconocida, posiblemente peligrosa o letal, la integración con los 10 sistemas descritos que constituyen la sociedad colombiana.Las Farc han dicho que quieren el poder, es decir, el cerebro. Con el símil anterior también nos sería fácil imaginar el resultado de un trasplante del ‘cerebro’ de Timochenko en la bella humanidad de una dama de El Chicó, con perdón de la dama. Afortunadamente, tal hazaña no se ha hecho en el quirófano y en la sociedad ha fracasado en todas partes por un pequeño ‘problemita’ de falta de identidad entre lo normal y el marxismo que produce el rechazo con anticuerpos poderosos.

Sin embargo, ese engendro se ha intentado en la literatura, dándole vida a Frankenstein. Su creador, estudiante de medicina, se obsesionaba por manejar "los secretos del cielo y la tierra", en nuestro caso, los vericuetos de la política. Como postmoderno Prometeo el creador doméstico se ha empeñado en poner a prueba los misterios del alma de la paz, creando un híbrido ventrílocuo de varias bocas, a partir de la unión de distintas partes de las leyes sacándolas de su contexto natural. Pareciera que el experimento va a concluir con aparente éxito cuando el ‘Creador’ rodeado de sus ángeles asesores firme un papel para darle vida.

Yo no sé si los miembros de las Farc puedan convertirse en ángeles de luz por la misericordia de Dios para convertirse en personas confiables. Para la tranquilidad de todos vehementemente lo deseo. Pero como también soy realista por cuanto no veo que busquen la Gracia de Dios, ya que no solamente es necesario que los perdonemos, sino que ellos se perdonen a ellos mismos para transformarse, me veo obligado a mostrar lo que pasaba por el alma del pobre Frankenstein al ser obligado a tomar conciencia de su nueva ‘identidad’ para fungir como miembro de la sociedad.

  • "Aprecio la vida aunque sólo sea una sucesión de angustias, y la defenderé."
  • "Soy malo porque soy desdichado."
  • "A menudo mi situación se comparaba con la de Satanás pues sentía envidia de los humanos que tuvieron la gracia de su creador."
  • "De ti depende que abandone para siempre la vecindad humana y lleve una vida inofensiva o que me convierta en el azote de tus semejantes y en causa de tu pronta ruina."
  • "¡Despiadado creador! Me has dado sentimientos y pasiones, pero me has abandonado al desprecio y al asco de la humanidad."
  • "¡Maldito creador! ¿Por qué me hiciste vivir? ¿Por qué no perdí en aquel momento la llama de la existencia que tan imprudentemente encendiste?"
  • "Maldito sea el día en que recibí la vida, maldito sea mi creador."
  • "¿No he de odiar, pues, a quienes me aborrecen? No tendré contemplaciones con mis enemigos, soy desgraciado y ellos han de compartir mi desgracia."
  • "Satán tuvo compañeros, diablos como él, que lo admiraban y alentaban. Yo, por mi parte, estoy solitario y odiado."
  • "Si todos odian a los miserables, ¿cómo no han de odiarme entonces a mí, que soy el más miserable de los seres humanos?"
  • "Todavía ahora me pregunto cómo, en lugar de dar salida a mis pasiones con alaridos, no acometí contra el mundo humano para morir en mi tentativa de destruirlo."
  • "Tú, que me acusas de asesino, serías capaz de destruir a la criatura que es tu propia obra. ¡Alabada sea la eterna justicia del hombre!"
  • "Y cuando me convencí de que era el monstruo que soy, me acometió un profundo sentimiento de pena y mortificación."
  • "Yo, como Satanás, llevaba un infierno en mi interior y, al comprender mi aislamiento, quería destrozar los árboles, esparcir la destrucción a mi alrededor, para sentarme luego a contemplar con fruición aquellas ruinas."
  • "Aunque sea sólo un cúmulo de infelicidad, la vida me es querida y la defenderé."
  • "Si no he de inspirar amor, inspiraré temor."

Si los anteriores eran los sentimientos de Frankenstein, es bueno tenerlos en cuenta para entender por qué los miembros conscientes de las Farc o los de cualquier terrorista despreciado u odiado, no querrán experimentar esa desgracia y van a hacer todo lo posible por estar en una posición de dominio, si no maduran espiritualmente para cambiar. Por ese prefieren, a veces, la muerte frente a la imposibilidad de experimentar la verdadera paz del alma y arrastran a otros en su desdicha. ¡Que Dios nos guarde, pues necesitamos un verdadero milagro para la paz! El milagro está descrito en la cita de Juan 18. Y también se describe la actitud que debemos evitar, con el ejemplo de Pilato, frente al milagro que se necesita.

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