En Colombia el crimen si paga

Hay un dicho popular que dice: “Que el tiempo es el mejor amigo”, pero también es cierto que a veces, el paso del tiempo suele conducirnos a la indiferencia, al cinismo o a la indignación.

Los caqueteños por nacimiento o adopción, hemos sido protagonistas de algunas hazañas que superan el más alto peso de virtudes morales y humanas, y a lo largo del tiempo, hemos visto desfilar por la administración pública personas muy honestas que me haría extenso enumerándolas, pero lamentablemente de esta administración que hoy termina, lo único que queda son lamentos y quejidos plañideros, que solo indican llanto por doquier de una clase dirigente que ya fue castigada en las urnas por el uribismo. Afortunadamente el pueblo caqueteño agradecido no permitió que los buenos recuerdos del gobierno de Seguridad Democrática se los llevara el viento.
Triste si, que algunas personas vinculadas al poder judicial se dejaron permear de la deshonestidad administrativa, haciéndose los de la vista gorda; conocieron muy bien las cataratas del río Caquetá y dejaban que todas las quejas del pueblo se las llevaran las aguas enterrándolas al caer al precipicio, si, a la profundidad de sus bolsillos y cuentas bancarias de sus testaferros.

Afortunadamente termina este 31 de diciembre esta pesadilla, que se caracterizó por fraguar en la mente de los mandatarios su deseo personalista, olvidándose del juramento que hicieron ante Dios y el pueblo, esa aspiración sublime con la cual todos los caqueteños soñamos, solo esa esperanza, verdadero sendero de anhelo de vida, de libertad, de paz, de justicia y felicidad, que también han sido frustradas por los grupos terroristas que han sembrado el pánico, impidiendo el verdadero desarrollo de este territorio.

Varias veces hemos escuchado al presidente Santos con su retórica barata basada según él en acuerdos y negociaciones, que no es más que la entrega de nuestro país a los terroristas de las farc engañando a la población con una paz ficticia.

En Colombia EL CRIMEN SÍ PAGA, por eso el tal apretón de manos, que algunos consideran histórico, entre el presidente Santos, con un terrorista sanguinario y mentiroso, es la cosa más indignante que se ha visto en la comedia cursi que siguen presentando en la Habana.

Las farc no se van a acabar, ni tampoco habrá paz. El plebiscito de Santos será enterrado, porque quienes lo van a suscribir son unos viejos, curtidos, cansados y cobardes, que saben, pueden correr la misma suerte de Raúl Reyes, Alfonso Cano, el mono Jojoy y otros bandidos. Quieren salir a disfrutar de su riqueza escondida, sabrá Dios dónde. Pero los nuevos jefes de cuadrillas, que en este momento están haciendo dólares por montones, no se van a entregar. El narcotráfico es un aliciente para muchos. Mientras el país tenga políticos corruptos defensores de narco terroristas, como Iván Cepeda, Roy, Benedetti y otros, dudo mucho que haya paz. Feliz 2016! Que Dios nos guarde.

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