La fragmentación del país

El Frente 7 de las Farc-EP dedicó su comunicado de diciembre de 2015 a definir y a dimensionar los ‘territorios requeridos para su paz, Terrepaz’, los cuales serán los espacios que esperan les otorgue el gobierno del presidente Santos –no los colombianos- para ejercer su control territorial, político, económico, social y cultural.

Dicho documento comienza así: “En La Habana y con la inspiración del comandante Fidel, desde donde hemos defendido nuestro ideal revolucionario noble y legítimo que es lograr la segunda y definitiva independencia, aspiración que la insurgencia colombiana defiende desde hace ya medio siglo, por eso hoy estamos frente al escenario soñado por nuestro comandante Manuel Marulanda Vélez, de ver los campos colombianos en manos de sus campesinos y en un ambiente de paz”.

Y continúa así el Frente 7: Después de muchos años de sufrir el accionar terrorista del Estado Colombiano, que solo ha dejado a su paso persecución, despojo de tierras, desplazamiento y muerte, vemos en un horizonte cercano el gran anuncio del cese bilateral del fuego en todo el territorio, su formalización con veeduría de la ONU y la Celac, la dejación de las armas en forma real y material, “para buscar la toma del poder y la construcción de poder social para el bienestar y el buen vivir de la población”.

“La declaración del cese bilateral, es el primer paso para garantizar la propiedad de la tierra, las Farc-EP, hemos exigido al Estado colombiano la creación de un fondo de tierras, constituido por más de 20 millones de hectáreas, ubicadas a nivel nacional y que fueron expropiadas por el accionar terrorista y paramilitar del Estado y su aparato jurídico… estarán enmarcadas en el proyecto Terrapaz, el cual busca establecer en nuestras zonas de influencia histórica unos espacios donde las Farc-EP nos concentremos junto con nuestros familiares y allegados, para cumplir funciones sociales y de reparación de víctimas…en estos territorios tendremos un régimen especial y extraordinario bajo una regulación específica para la organización política, económica y social”.

El mínimo solicitado, 20 millones de hectáreas son 200.000 kilómetros cuadrados para las Farc en un país con una extensión de 1.238.000 kilómetros cuadrados, habitado por 49 millones de colombianos, esto equivale a entregarles a las Farc, no más de 8.000 guerrilleros, el 16% del territorio nacional, en premio por su persecución, despojo de tierras, desplazamiento y muerte. Equivale esto a fragmentar a Colombia con regiones prodictaduras bolivarianas, zonas casi todas situadas en nuestras fronteras.

La dejación de las armas ‘real y material’ se hará en dichos Terrepaz para amedrentar, esclavizar y obligar con ellas a los infortunados colombianos que allí habiten a plantar coca y a votar por sus candidatos.

‘Los territorios con regímenes especiales y extraordinarios para la organización política, económica y social’ de sus infortunados pobladores, como plataformas para llegar al poder financiados por el dinero de la coca, conllevan una propuesta que seguramente cuenta con el visto bueno en la “cartica secreta” que firmaron los hermanos Santos, Juan Manuel y Enrique cuando iniciaron sus negociaciones de paz.

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