Reconstruir la confianza

Cuenta la historia, que una tarde Thomas Edison, regresó de la escuela con una nota que su maestro le había enviado a su madre.

Cuando la leyó no pudo contener el llanto en sus ojos y prefirió leérsela en voz alta: “Su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos maestros para enseñarlo, por favor enséñele usted”.

Años más tarde (a finales del siglo XIX), Thomas Alva Edison, se convirtió en un prolífico inventor, llegando a patentar más de mil inventos, entre ellos, el fonógrafo y la lámpara incandescente.

Varios años después de la muerte de su madre, el señor Edison se puso a organizar algunos documentos de familia y vio un papel doblado en el escritorio que decía: “Su hijo está mentalmente enfermo y no podemos permitirle que venga más a la escuela”. Edison quedó totalmente atónito y después de varias horas de llanto escribió en su diario: “Thomas Alva Edison fue un niño mentalmente enfermo, pero por una madre heroica se pudo convertir en el genio del siglo”. La enseñanza que nos transmite esta historia, es que las palabras siempre deben ayudar a edificar.

Cuando terminaba de leer la historia de Edison, encendí la televisión para ver el noticiero de la noche, pero en ese momento se interrumpió la programación por la intervención del presidente de la Republica, Juan Manuel Santos, quien habló durante unos minutos sobre los indicadores de crecimiento de la economía durante el 2015. Después de oír esas buenas noticias, decidí poner en práctica la moraleja de la historia de Edison.

Al día siguiente, me dispuse a escribir mi columna semanal y mientras preparaba el café encendí la radio para escuchar las noticias. Ahí fue donde me pregunté: ¿Como hablar bien de la política de sustitución de cultivos ilícitos, si mientras el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, se la pasa paseando en helicóptero, las Farc le siembran en sus narices más de 100.00 hectáreas de coca?. ¿Como hablar bien de la política de comercio exterior, si mientras la ministra Cecilia Álvarez vapulea a los empresarios del campo, las exportaciones siguen en picada? O ¿Como hablar bien de la política de educación, cuando la ministra de la cartera, con una chequera de 29 billones de pesos, no ha sido capaz de sacarnos del ranking de los países con el más bajo rendimiento escolar de Latinoamérica?

¿Como hablar bien de su gobierno, señor Presidente, cuando muchos congresistas de su Unidad Nacional, están desfalcando las tesorerías de las entidades públicas que les son entregadas a cambio de apoyo legislativo. Solo cuando se reconstruya la confianza en las instituciones de este país, nuestras palabras podrán ayudar a edificar esta Nación.

En el tintero: si la historia de Thomas Edison, hubiese sucedido en Colombia, la escuela se hubiese ganado su tutela, el fiscal Montealegre habría metido a la cárcel al rector pensando que era uribista, la ministra Parodi, hubiese montado un show mediático anunciando el cierre de la escuela y Roy Barreras hubiese radicado un proyecto de Ley, que castigara este tipo de conductas.

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