Impotencia y rabia es lo único que produce al ver la actitud que el Gobierno Nacional ha asumido a la hora de estar en contra del sentimiento de toda la ciudadanía en los temas sensibles para el país.

El chantaje se viene convirtiendo en el arma para disfrazar decisiones arbitrarias, en donde el diálogo popular es nulo para justificar medidas totalmente inconvenientes, como resultado de la mala gestión gubernamental.

El primer ejemplo viene con forma de fantasma de apagón, tema en el cual el Presidente Santos y su ministro de Minas y Energía, nunca pudieron explicar por qué un país con una amplia gama de posibilidades y recursos para la generación eléctrica, y en donde todos pagamos un cargo de confiabilidad, los ciudadanos seríamos los culpables si se llegaré a padecer un 'apagón'.

Otro caso de chantaje al ciudadano es decir que si no hay exploración petrolera entonces habría que subir los impuestos, como tranquilamente lo dijo el presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, en clara alusión a las protestas y férrea oposición de todos los habitantes del Meta para que se revocara -como sucedió- la licencia que la ANLA otorgó a Hupecol para explorar en una zona sensible de gran diversidad en fauna, flora y recursos hídricos como lo es La Macarena.

Se viene también la inevitable reforma tributaria que castigará con más impuestos el adolorido bolsillo de los ciudadanos, luego de una inflación que ya supera en porcentaje el incremento del salario mínimo, todo ello para compensar el despilfarro de las regalías -previamente despojadas a nuestro departamento- en publicidad estatal, aumento de la burocracia y la famosa 'mermelada' (también creada por Echeverry) que inundó todo el país en época de elecciones y que sigue presentándose disfrazada de cupos indicativos para manejar el Congreso a su antojo.

¡Así no Presidente Santos! Los llaneros somos nobles pero nunca pendejos. No nos gustan los chantajes y de tontos no tenemos ni un pelo. Defenderemos con ahínco a La Macarena. Estaremos atentos a que cumpla promesas como la de la malla vial del Meta, pero no con un nuevo chantaje como el de tener que eliminar obras ya proyectadas para no tener que subir lo peajes. No olvidamos que vendió Isagen con la disculpa de las autopistas 4G. Por lo visto tampoco veremos un peso de esa venta invertido en nuestras carreteras.

Déjese ya de chantajes con nosotros y póngase las pilas a modernizar la administración pública eliminando la burocracia que solo sirve para dar cupos políticos y pagar favores. Olvídese de los millones que se gasta en cortinas, almendras y publicidad estatal. Póngale freno a la 'mermelada', porque al final la despensa de Colombia, que son los Llanos Orientales, ya no le vamos a caminar más.