¿Será verdad que no se puede pensar diferente?

La manoseada frase de que en Colombia no se puede pensar diferente, utilizada especialmente por sectores de la llamada izquierda, perfectamente se podría cambiar por aquella “en Colombia no existe el debate fecundo de las idea” y tendríamos que preguntar ¿qué es eso de pensar diferente? Porque tanto el fascismo, el nazismo y el marxismo que son doctrinas totalitarias piensan y actúan diferente a lo que conocemos como la democracia liberal.

En el caso del país al marxismo responsable del conflicto armado de 52 años que se ha vivido, en donde los grupos guerrilleros fueron creados para tomarse el poder mediante la violencia terrorista a esa doctrina nunca se le ha hecho una confrontación ideológica seria, por parte de las elites políticas que han gobernado, entonces cuando se dice que no se puede pensar diferente ello no aplica, pues poco o nada se ha debatido sobre la esencia y el componente ideológico del comunismo totalitario, causante de grandes desgracias y sufrimientos que ha vivido Colombia en las últimas décadas.

Se controvierte el pensamiento diferente cuando se conoce, pero en el caso del país en que se ha ignorado por completo lo que representa el marxismo, que es antagónico a los sectores que tratan de defender la democracia y la libertad, es absurdo decir que se ataca a quienes piensan diferente, porque no hay connotaciones ideológicas, o sea que la frase es vacía y responde más a un enredo conceptual, ya que son un producto del conflicto armado los asesinatos que se han cometido en contra de rivales políticos que se encuentran en diferentes orillas partidistas, además esa situación también ha llevado a que Colombia sea una de las naciones más desiguales del mundo, con casi 8 millones de víctimas y 250 mil muertos.

Pensar diferente es cuando hay lucha ideológica y dialécticamente se resuelven las contradicciones, pero para el caso del país la degradación del conflicto lleva a situaciones calamitosas, en donde la lumpenización del enfrentamiento adobado por el narcotráfico no ha permitido dilucidar de manera clara la catástrofe, sin embargo los cabecillas guerrilleros han justiciado su accionar terrorista con un discurso miserabilista en donde también falazmente argumentan que han sido perseguidos, por pensar diferente, cuando eso es una treta para justificar la sublimación que han hecho de la violencia. Porque la razón de ser del marxismo leninismo es la toma del poder para siempre, siguiendo a Maquiavelo en lo de la predestinación, pues los miembros de la logia en mención se creen una deidad que representa un pensamiento superior.

Así que pensar diferente no ha sido una dificultad desde el punto de vista ontológico en Colombia durante las últimas décadas, pero los que mencionan semejante exabrupto, son los primeros en eludir el debate ideológico, ya que en la mayoría de los casos pertenecen al marxismo que como lo hemos dicho en anteriores oportunidades: es una simple patraña criminal y burocrática de engaño a los pueblos, que se ha basado en la violencia y la mentira para poder sobrevivir hasta nuestros días.

Pero no solamente en Colombia la dirigencia política tradicional, ha sido incapaz de presentarle lucha ideológica al marxismo, sino que las viejas oligarquías latinoamericanas que han parasitado manejando los estados, se les ha notado un complejo de inferioridad frente a los dogmas del comunismo totalitario, cayendo en una reverencia supersticiosa frente a semejante engendro, de pronto asustadas por la monserga comunista del materialismo histórico y la inevitabilidad, porque con ese par de fetiches igual que sucede con las sectas religiosas, los comunistas le ofrecen a las personas desprevenidas el futuro ante el miedo al porvenir, utilizando mitos como el de la lucha de clases.

La lucha ideológica en contra del marxismo leninismo la han convertido en una anatema, porque en la academia, la política y en las organizaciones sociales y sindicales es nulo el debate, y tontamente se arguye que en Colombia, no se puede pensar diferente por la intolerancia, olvidándose de las implicaciones horrorosas que ha generado el conflicto armado interno, de ahí que bajo ninguna circunstancias al no existir una respuesta filosófica e ideológica en contra del totalitarismo, por parte de quienes han manejado o manejan el estado, no es válido decir que en Colombia no se puede pensar diferente, y los múltiples crímenes que se han cometido en el conflicto político militar por parte de los diferentes actores, desgraciadamente son propios de una guerra irregular.

De la misma manera que han convertido en intocable al marxismo, tampoco se cuestiona al bolivarianismo, indigenismo y los diferentes ropajes que ha usado el comunismo totalitario, y a veces en algunos importantes centros de educación superior las directivas se paralizan cuando se trata de tocar temas como el socialismo del siglo XXI o el foro de Sao Pablo, por ello la mención que se hace acerca de que no se puede pensar diferente es un sofisma, pues lo primero que hay que conocer es la doctrina del adversario, cosa que difícilmente sucede en Colombia, fundamentalmente con el marxismo leninismo cuya perfidia es ignorada por los demócratas.

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