Estilo de gobierno

Es claro que el presidente Santos nunca va a conectar con la gente. No sabe cómo hacerlo, no es apto, y por lo tanto su estilo de gobierno y la forma en que lleva a cabo sus ejecutorias está definida por esa incapacidad y por las posibilidades de gobernabilidad que le ofrecen otras formas. En ese contexto, Santos es el presidente de la clásica política milimétrica en la entrega del aparato estatal a unos y otros para conseguir apoyos y gobernar. Y para qué, es bien bueno en eso, porque claramente con ese estilo tan enrevesado ha sabido mantenerse.

Santos es un intérprete eximio de la parte de la política que es la negociación, la transacción, pero desgraciadamente oscura en este caso porque no es por ideas o proyectos ni mucho menos, es por puestos y plata. Él sí tiene su proyecto, el fin del conflicto con las FARC. Pero la mayoría de los otros, con los que consolida su gobernabilidad y encuentra sus apoyos, tienen es ganas de billete, o de poder… para seguir consiguiendo billete.

Nuestro presidente deriva su fuerza de su capacidad de moverse en el fango que es la política nacional tradicional. Esa que funciona a punta de puestos y contratos, la que lleva años, décadas, moviéndose a través de los partidos tradicionales y que con los apoyos populares que articulan en las elecciones logran tener el poder para tranzar y así traducirlo en beneficios particulares, para los suyos. Es la política baja, sucia, en la que está sumergida Colombia. No dejan que el país se vaya al carajo porque se les acabaría el negocio pero nos mantienen en un estado eterno de mediocridad. Así no logramos ser un país decente.

Y no conoce lealtades. O si no que lo diga el expresidente. Santos no tiene ningún problema en tranzar con el político más corrupto a su manera o de encontrar apoyos en gentes diametralmente opuestas, porque el tema de la Paz, por ejemplo, ha dado para todo esto. Hay gentes honestas que por apoyar este proceso les ha tocado tragarse el primer sapo: encontrarse en esa propuesta con los que la apoyan porque Santos los cubrió en una capa gruesa de mermelada.

Y en este andar, Santos se soporta también en políticos regionales corruptos. Ahí van saliendo los escándalos como en La Guajira, donde están encontrando, como si no lo supiéramos, cualquier cantidad de desastres. Y Santos se hace el desentendido como si los pillos no fueran los mismos que le han ayudado. Ahora dicen que ordena al gobernador encargado que hay que “dejar la casa limpia”: Ja, ja, já! En esto hay que estar atentos en Antioquia.

Se puede estar poniendo fin al conflicto y a mí me gusta. Pero se va a dejar el país muy hundido en el lodo de la corrupción, que es precisamente el riesgo mayor contra una Paz duradera. Dejará firmado y caminando el proceso pero hipotecada a Colombia en el camino y allí estará la tarea más importante: Arrebatarles la nación a los corruptos que bien acomodados quedarán.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar