Farc: “no creemos en el plebiscito”

El expresidente de la Corte Constitucional José Gregorio Hernández G. publicó el pasado 9 de agosto, en el diario ‘El Colombiano’, un oportuno y claro artículo sobre los desatinos y los engaños del plebiscito del presidente Santos.

A continuación, comento algunos apartes de dicho artículo. Y más adelante incluyo la opinión textual y negativa de alias Iván Márquez, sobre este embeleco del presidente.

Si mal no le entendí a Hernández, lo que se hizo en el Congreso fue aprobar un proyecto de ley estatutaria, con el propósito de modificar las reglas vigentes sobre plebiscito. La Corte Constitucional ya publicó su sentencia de aprobación de tal plebiscito. El jefe del Estado, seguramente, ya sancionó y promulgó su texto en el Diario Oficial.

Pero aquí emerge lo más importante del artículo del expresidente de la Corte: “Cumplido lo anterior, en desarrollo de lo allí dispuesto y sobre la base de un acuerdo final de paz, el presidente debe manifestar al Congreso su intención de convocar a plebiscito. Si pasa un mes y el Congreso no se opone, el presidente convoca al pueblo para que vote, en cierta fecha, desde luego divulgando una pregunta, sobre la cual recaerá el Sí o el No… no hay pregunta para votar Sí o No, no hay un acuerdo final firmado, y el Gobierno dice que nada está acordado hasta que todo esté acordado. En síntesis: nada. Pero el país está polarizado”.

Y continuemos con lo que afirma alias Iván Márquez en un video que presenta una entrevista suya: “En el plebiscito no creo. El plebiscito es un mecanismo de refrendación muy débil, porque no tiene fuerza vinculante. El plebiscito es algo parecido, digamos, a un aplauso y nada más. No tiene fuerza normativa y tiene, además, un problema y es que le han rebajado, sustancialmente, el número de votos para que pueda ser aprobado. Esto es, no tiene una condición que es necesaria para tener éxito más adelante que es la bilateralidad. El plebiscito es una medida unilateral del Gobierno, una medida que no fue consensuada en la mesa de conversaciones”.

“Para que una medida de referendo tenga éxito —remata Márquez— tiene que contar con la opinión de la otra parte de la mesa de conversaciones. No ocurre así con el plebiscito. Nosotros creemos que la mejor manera para refrendar los acuerdos de La Habana es la convocatoria de una Asamblea Constituyente, con un acuerdo político previo, con el fin de definir sus elementos en torno al contenido, los integrantes y la duración de tal Constituyente. Esta es nuestra propuesta y esperamos ponerla sobre la mesa una vez abordemos el sexto punto de la negociación. Nosotros no confiamos mucho en la labor del Congreso. El país bien lo sabe”.

Como se deduce de los párrafos anteriores, el plebiscito de Santos pasará por encima de las instituciones, de las propias Farc y de la mayoría de los colombianos. Espero que un caudaloso voto por el No a los acuerdos de Santos supere el tramposo 13% por el Sí. Nada extraño, estimo, que resultemos votando el plebiscito antes de firmar el acuerdo final; esto es, Santos nos convocará para firmarle un cheque en blanco.

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