Proselitismo armado de las Farc

Hace un par de semanas, trascendió un video en el que un jefe guerrillero de las Farc les decía a sus “camaradas” que las zonas veredales, es decir las áreas de despeje que les concederá el Gobierno, serían unos “Estados dentro del Estado” en los que se pondría en marcha el modelo socialista y las demás ridiculeces con las que sueña el terrorismo castro-chavista.

Los validadores del proceso de paz, de inmediato salieron a desmentir el video, dando a entender que el contenido del mismo había sido manipulado o editado. Con ello, lograron ponerle fin a la polémica y, como siempre, desviar la atención de una opinión pública a la que se le ha mantenido mal informada y manipulada por parte del Gobierno en todo lo que atañe al proceso de paz.

Gobierno y Farc han publicado el denominado protocolo del cese al fuego bilateral y de dejación de armas en el que se hacen unos anuncios que son en extremo preocupantes en lo que tiene que ver con lo que sucederá en las tales zonas veredales. En efecto, allí se lee que las “autoridades civiles no armadas que tienen presencia en las zonas permanecen y continúan ejerciendo sus funciones en las mismas…”. Pero a renglón seguido se lee que éstas, las autoridades civiles, no podrán ingresar al “área de los campamentos donde estarán ubicadas las estructuras de las Farc-EP”.

Así, entonces, ha quedado protocolizado aquello que hace unos días anunció aquel jefe terrorista en el video que mencioné al comienzo de esta columna. Las zonas de despeje decretadas, serán “Estados dentro del Estado” en los que los bandoleros podrán seguir delinquiendo con total autonomía y sin control alguno.

Los colombianos aún recordamos que el Caguán fue, en la práctica, un gran campo de concentración de secuestrados. Las Farc es una organización que no despierta un ápice de confianza. Nadie nunca podrá confiar en esa estructura que no ha hecho cosa distinta que mentir. No podemos ser tan ingenuos de creer el cuento de que aquellas zonas “veredales” servirán para hacer la transición de las armas a la vida civil.

A las dos horas de haberse revelado el documento al que estoy haciendo referencia, un jefe de las Farc hizo un anuncio bastante preocupante en el sentido de que la guerrilla no firmará un acuerdo final hasta que no se apruebe la ley que les concederá la amnistía por sus crímenes y sin esa amnistía, dice el cabecilla criminal, los integrantes de esa banda criminal no se concentrarán en las zonas veredales.

En la práctica será imposible hacer dicha ley antes de que se vote el plebiscito, pues hasta no conocer el veredicto final del pueblo colombiano no puede dársele vía libre a un perdón judicial por los delitos cometidos. Es impensable decretar una amnistía a una organización armada ilegal antes de que la ciudadanía se pronuncie sobre si está o no de acuerdo con hacer dicha concesión.

Esta situación nos ubica frente a un panorama aún más delicado. Las Farc dicen que sin amnistía no se concentrarán en sus mini Estados. Esta amnistía sólo podrá tramitarse si el SÍ se impone en el plebiscito. Entonces, nos veremos avocados a una campaña plebiscitaria en la que las Farc en armas, sin estar concentradas, harán proselitismo a favor del SÍ.

En las zonas donde ejercen influencia, llevarán a la gente a votar apuntándoles con sus armas. Que nadie se llame a engaños: la fuerza argumentativa de la guerrilla se limita al uso indiscriminado de la dinamita y de los fusiles. Así lo han confirmado y así lo seguirán confirmando, sobre todo ahora que su futuro y su  impunidad depende única y exclusivamente del resultado favorable del plebiscito.

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