Intervención del senador José Obdulio Gaviria en el debate sobre proyecto de ley “Estatuto de la Oposición”

Bogotá, marzo 7 de 2017

En un régimen liberal, el oficialismo y la oposición son iguales. Incluso, en sistemas como el inglés, el gabinete gubernamental está conformado por miembros del partido mayoritario y paralelamente se constituye un gabinete de oposición, en la sombra, gabinete con vocación de poder inmediata en caso de que se constituya una nueva mayoría.

En las democracias liberales no existen partidos de oposición “por naturaleza”, per se. La oposición de hoy es el gobierno de mañana, como un asunto natural, como algo que es de la naturaleza de las cosas en la democracia.

Existe un credo liberal. Su vigencia es lo que hace posible una sosegada y fluida existencia del debate político, del relevo en el poder, del respeto por las minorías transitorias.

Carlos Alberto Montaner ha enunciado mandamiento de ese credo en algunas frases que quiero recordar a este congreso. Son ideas que sustentan un régimen verdaderamente liberal y democrático:

1. Creemos en la importancia de la tolerancia y en la aceptación de las diferencias y la pluralidad como virtudes esenciales para preservar la convivencia pacífica.

2. Creemos en la convivencia dentro de un Estado de Derecho regido por una Constitución que salvaguarde los derechos inalienables de la persona.

3. Creemos en que el mercado —un mercado abierto a la competencia y sin controles de precios— que es la forma más eficaz de realizar las transacciones económicas y de asignar recursos.

4. Creemos en la democracia representativa como método para la toma de decisiones colectivas, con garantías de que los derechos de la minorías no puedan ser atropellados.

5. Creemos en la libertad y la responsabilidad individuales como valores supremos de la comunidad.

Los firmantes del Acuerdo Final de Paz, documento que está en el origen y es la fuente de este proyecto de ley, no son, propiamente, una preclara expresión del respeto de los derechos de la oposición.

Una de las fuerzas firmantes se declara discípula de Marx y Lenin, quienes, entre otras cosas, predicaron la bondad de la violencia como método político, la implantación de la dictadura de un partido y las bondades del ejercicio del poder por un partido único.

La otra fuerza dice creer en el liberalismo pero lo niega en cada uno de sus actos en el poder:

–       Se atreve a reconocer públicamente que maniobra contra los gremios para aumentar o bajar precios de los productos.

–       Impone el sistema de financiación corrupta de sus fuerzas políticas en el congreso, vía cupos indicativos.

–       Establece un sistema de contratos de prestación de servicios para sus activistas políticos. Para ello se toma entidades públicas, como hizo con Fondelibertad durante el anterior gobierno e hizo transferencias de fondos a sus activistas, como en un cajero de banco, con el pretexto de contratos que no creaban ni bienes ni servicios; que no creaban valor alguno.

–       Niega colaboración institucional a los gobernadores y alcaldes de corrientes distintas a las oficiales y, al contrario, favorece impúdicamente a los que son sus conmilitones.

–       Viola sin escrúpulos las normas de financiación de los partidos y de las campañas.

–       Cohonesta y hasta promueve la compra de votos

–       Se obstina en mantener un sistema electoral primitivo y fuente de todos los fraudes.

–       Justifica a sus funcionarios corruptos y traslada siempre las responsabilidades a los opositores. El caso lamentable del saliente Zar anticorrupción que acusó al fiscal general de ser un títere del jefe de la oposición, Álvaro Uribe, en la investigación sobre la corrupción en la campaña reeleccionista; o la aseveración del presidente Santos de que sus dos ministras de la trama Odebrecht son impolutas por el hecho de ser sus ministras y a la oposición que las acusa, por acusarlas las tilda de ser jauría…

¿Este estatuto de la oposición que se nos propone, responde a los principios más elementales del ser liberal?

No.

No se ha escrito con este proyecto un decálogo simple, practicable y sinceramente liberal, es decir, que fortalezca un sistema de “democracia representativa como método para la toma de decisiones colectivas, con garantías de que los derechos de las minorías no puedan ser atropellados”, que es lo que el partido mayoritario de oposición predica y practica.

No. Aquí lo que se nos propone es un vil proyecto de reparto de plata, de tiempos en televisión pública, de burocracia, de abuso con los medios de comunicación privados y de victimización de la libertad de prensa. Un proyecto de judicialización y burocratización de los derechos.

Son cosas, son prebendas que no hemos necesitado para convertirnos en mayoría ni vamos a necesitarlas. Incluso,  ni siquiera las queremos porque no son legítimamente liberales.

Nosotros les proponemos una cosa simple. ¡Declárense liberales! Respeten al otro. Jueguen limpio. No nos llenen más de normas que no piensan cumplir mientras estén el poder.

Firmen nuestro decálogo. Actúen como liberales y demócratas. Nosotros, la oposición mayoritaria y democrática, no pedimos más y no ofrecemos menos a partir de 2018 cuando detentemos la mayoría.

Miren lo simple que es un decálogo democrático liberal. No se queda en composición de mesas directivas o en interferir el libre manejo de sus tiempos a los medios de comunicación.

1. Lo primero es la solidaridad y esfuerzo por la vigencia de la democracia en todo el continente. Por eso, un gobierno colombiano, al contrario de lo que hace el actual, nunca respaldará ,de ninguna manera, a gobiernos que persigan a la oposición política, como es el caso dramático del gobierno de Venezuela, a quien el nuestro considera estrecho aliado y nuevo mejor amigo.

2. Como corolario de esa política, un gobierno liberal abogará permanentemente por la liberación de presos políticos en el extranjero.

 3. El gobierno se abstendrá de presionar al sistema judicial para perseguir a su oposición política. Haremos desaparecer todas las funciones político electorales que sumieron a las cortes en la vida de cocteles y en la conformación de mayorías y minorías electorales internas. Es una reforma que ha sido imposible porque ya las cortes se volvieron parlamentarias.

4. El gobierno se abstendrá de manipular de cualquier forma a los medios de comunicación para enfocar información o campañas de desprestigio contra su propia oposición política. Casos como el del rubro de la publicidad de Fajardo en Antioquia o de Santos en el nivel nacional nunca deberán repetirse.

5. El gobierno se abstendrá de influir en las campañas electorales en su favor, bien sea para acriminar a contendores, sea para manipular la información de cara a resultados electorales.

6. El gobierno se abstendrá de utilizar sus servicios legales de inteligencia para hacerlos entrar en actividades invasivas de campañas partidistas.

7. El gobierno no usará recursos del estado para tomar ventaja en la financiación de campañas frente a su oposición política.

8. Defender públicamente la mermelada o mecanismos de compra de conciencia por el estilo, a despecho de la crítica de los opositores, será causal de destitución para cualquier ministro o funcionario.

9. El gobierno no obstruirá las investigaciones por corrupción que ocurran en su período, aunque la información sea revelada por la oposición política.

10. El gobierno se abstendrá de usar servicio diplomático para desprestigiar a su oposición política en el extranjero.

11. El gobierno se abstendrá de bloquear el trabajo político de divulgación de los planteamientos de la oposición política en el extranjero.

 12. La oposición podrá pedir misiones de observación electoral a instancias internacionales y no será perseguida por ello.

13. No se admitirá en Colombia ninguna oposición política que no defienda la idea de elecciones libres o que promuevan protección del terrorismo.

14. No se admitirán vías de hecho en el ejercicio de la oposición política.

15. Será causal de destitución ofrecer y aceptar puestos o dignidades estatales a miembros de partidos que se hayan declarado en oposición, así sea con el argumento de que tales puestos se ofrecen o reciben a título personal.

16. Será causal de mala conducta ofrecer contratos de publicidad o de gestión social o de asesoría a columnistas, empresas de comunicaciones o analistas que no hayan contribuido a elegir al gobierno de turno.

17. Integrantes de la oposición política no serán acosados por hechos de su parentela.

18. Se respetarán los resultados electorales aún cuando gane la oposición No se condenará a la oposición a serlo a perpetuidad por robo del resultados.

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