Las Fuerzas Armadas, el Consejo Nacional Electoral, el Tribunal Supremo de Justicia y Nicolás Maduro, son corresponsables de las graves violaciones a los derechos humanos y a la Constitución Nacional, que han originado una situación de rebelión popular a lo largo y ancho de toda Venezuela. Todo se origina en el mes de Octubre de 2016, cuando las rectoras apoyadas por las FANB, el TSJ y Maduro, toman la decisión de suspender de manera irregular, el Referendo Revocatorio constitucional, que evaluaría la gestión del mandatario a la mitad de su periodo.
Luego continúan su complicidad para delinquir, cuando suspenden sin ninguna razón las elecciones regionales, que constitucionalmente debían realizarse en el mes de Diciembre del año pasado, pero el temor a una derrota segura, bastó para que desde Miraflores les dieran la orden de cancelar esta elección, y organizar la Constituyente Comunal, que solo busca disolver el Estado y sus instituciones, eliminar la Asamblea Nacional, destituir a la Fiscal General, eliminar la democracia electoral, establecer un partido único el PSUV, imponer la propiedad del estado sobre nuestros bienes, eliminar la empresa privada, y la educación para los niños, adolescentes y jóvenes, estará bajo la tutela del régimen.
La protesta ya no es negociable, el pueblo no soporta más a estos pillos, aventureros sin valor ni vergüenza, delincuentes portando uniformes de los que no son dignos, y funcionarios corrompidos haciendo uso indebido de los bienes públicos, que persisten en mantenerse en el poder a cualquier precio, mientras el pueblo recibe las sobras con aumentos ficticios de salario que no alcanzan para nada, pero han fracasado en su intento de imponer una Constituyente fraudulenta, que no es más que una pócima para revivir a Maduro, cuando nos pretende entregar un testamento en su agonía, dándole muerte a las libertades y a la democracia.
Ya no importa lo que hagan, morderán el polvo de la derrota, la lucha en las calles ya no les pertenece a ellos ni a nadie en particular, los dueños somos todos, el abuso llegó a su límite, Venezuela clama indignada frente al brutal empobrecimiento por falta de dinero, escasez de comida y medicinas, inseguridad, persecución y atropellos, las FANB no nos quieren acompañar en la defensa de nuestra carta magna, pero el mundo entero conoce al culpable de nuestras desgracias y comparte nuestro derecho a revelarnos sin armas, solo con las armas de la razón y el derecho que nos concede el artículo 350, que expresa lo siguiente: "El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos".
