Fabio Echeverri Correa, un hombre frentero

El nombre de Fabio Echeverri Correa siempre será sinónimo de franqueza, de trabajo, de proyección.

Hombre de fácil palabra y de temperamento fuerte que siempre estuvo al servicio del país y que cada opinión suya ponía a pensar a una Colombia que ha carecido, precisamente, de esos intelectuales que hablen de frente, que digan las cosas como son, sin rodeos y exponiendo la cruda realidad que padece esta nación.

Nació hace 84 años en Medellín y durante toda su vida tuvo la mejor visión económica de Colombia, no en vano estuvo al frente de la Asociación Nacional de Industriales (Andi) durante mucho tiempo, lugar desde el cual catapultó la industria criolla.

Entre sus muchas ocupaciones se cuentan la subgerencia del Banco de Colombia y estuvo en la junta directiva de Ecopetrol, así como en el Fondo Ganadero, entre otros.

Bachiller del Gimnasio Moderno y economista de la Universidad de los Andes, Echeverri también se destacó en la política y en este mundo fue Representante a la Cámara y gerente de las dos campañas presidenciales de Álvaro Uribe.

Es precisamente en este apoyo político al expresidente Uribe cuando Fabio Echeverri sacó toda esa casta antioqueña frentera que increpó, cuando le tocó, a todos aquellos que querían afectar la figura del exmandatario.

Sus opiniones servirían para escribir todo un tratado de franqueza que se debería publicar en Colombia. Muchos recuerdan su frase, cuando se tramitaba el proyecto de la reelección presidencial en el Congreso, cando advirtió que -ante la complejidad de la reforma- lo único que se debía cambiar era un “articulito” de la Constitución. Esto desató un polvorín político y jurídico en Colombia.

Pero no se quedó ahí. Recientemente -en 2016- dijo: “He tratado de construir mi estilo de vida, franco, desabrochado, que no le gusta a mucha gente, (…) yo quedo contento de decir lo que pienso” y así fue hasta su último suspiro.

Otra de sus frases célebre fue la que pronunció en 2002 cuando le dijo al país la ‘revolución’ que sería para Colombia el presidente Álvaro Uribe Vélez.

“Yo no voy a dejar de ser amigo del presidente porque le molesta a algún columnista. Mire: Álvaro Uribe va a cambiar este país”, dijo en su momento.

Esa fortaleza siempre lo mantuvo dinámico hasta el día de su muerte, tanto que entre sus frases más destacadas se recuerda la que dijo en 2016: “Yo miro la vida con mucho positivismo, y soy un optimista. Me declaro supremamente bien servido, muy contento y muy agradecido”.

Ese era Fabio Echeverri Correa, el economista, el político, el esposo, el padre. Dinámico y polémico, de esos hombres que hablaba y ponía a pensar a sus interlocutores o a un país entero.

Hoy su presencia física no está en este mundo físico, pero su legado, así sea polémico para muchos, quedará retumbando en un eco constante en esta cueva de la humanidad que llaman vida.

Paz en la tumba de un grande.

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