Ni rey ni príncipe

En reunión reciente, un amigo me dijo que en Colombia no necesitábamos un príncipe, que necesitábamos un Duque. Es cierto que lo necesitamos. En la misma reunión, me comentó otro amigo que el mejor programa de gobierno, sin ninguna duda, es el de Iván Duque y Martha Lucía Ramírez. Es el cumplimiento de la ley.

Con eso que se haga, es suficiente para que salgamos adelante. Si se evita el robo al presupuesto y se sanciona a los responsables, como lo manda la ley, se da un paso importante para encontrar la solución a los problemas de Colombia. Si se castiga a los traficantes de drogas, a los cultivadores, a los productores y a los exportadores, dentro del ordenamiento legal, salimos de uno de los problemas más grandes que está acabando con el país.

Iván Duque y Martha Lucía Ramírez siempre hablan de aplicar la ley. Nada de tolerancia con quienes la violan. “El que la hace la paga”, dice Iván Duque. En el caso de la guerrilla, han sido muy claros. Se debe castigar, así sea con una justicia transicional, a los jefes guerrilleros que masacraron, que violaron niñas, que secuestraron, que reclutaron menores, que destruyeron pueblos y que traficaron con drogas. Ser algo indulgentes con los que tenían que cumplir las órdenes de los jefes, pero siempre dentro de la ley.

La ley manda al gobernante dar educación a los niños. En el programa de Duque – Ramírez está claro que la habrá gratuita para los más pobres, estratos uno y dos. Jornada única y con doble alimentación. Así también, los liberarán de los peligros en ratos de ocio que les facilita buscar labores ilegales.

La salud se debe dar a todos los colombianos. La dupla Duque – Ramírez ha planteado la necesidad de fortalecer las EPS que cumplen con su compromiso y cerrar las que han fracasado o han incumplido con el mandato legal.

El buen manejo de los recursos públicos es parte fundamental de un buen gobierno y así lo manda la ley. Acabar con el despilfarro, tan de moda en este gobierno, es prioritario. No más mermelada, rebajar la burocracia que se multiplicó por mucho y que ha obligado a varias reformas tributarias para cubrir ese derroche. Bajar el IVA que golpea tanto al pueblo colombiano, subir el salario mínimo y, a la vez, rebajar los impuestos a las empresas para que puedan asumir el pago de esos salarios. Los recursos de la Nación se mejoran con evitar el despilfarro, la mermelada y la burocracia exagerada.

La Constitución y las leyes imponen un reglamento para el Congreso de la República. Eso se ha ignorado. Se necesitaban ocho debates para modificar la Constitución, se inventaron el tal fast track para hacerlo en sólo cuatro. Hay que volver por el respeto a la normatividad y eso es lo que pretende la dupla Duque – Ramírez. Si no hay respeto por la Constitución y las leyes, no hay Nación.

Ejecutar las obras públicas sin prebendas ni corruptelas, ni Odebrecht ni nada por el estilo.

Lo que queremos quienes vamos a votar por Iván Duque y Martha Lucía Ramírez es que se recuperen la legalidad, la seguridad jurídica y, en definitiva, la Patria para los colombianos.

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