El testimonio del exdirector de Odebrecht en Colombia compromete al hijo del banquero y presidente de la junta de Corficolombiana. ¿Melo mantendrá el silencio?
Llegó la hora cero. Los llamados al banquillo fueron José Elías Melo, expresidente de Corficolombiana, y los tres brasileños directivos de Odebrecht claves para desenredar y aclarar cuál fue el papel de las dos empresas en los sobornos que se dieron en la Ruta del Sol. Luiz Bueno Júnior, Luiz Eduardo Mameri y Luiz Da Rocha Soares llegaron a un acuerdo con la Fiscalía para no ser investigados penalmente por el escándalo, a cambio de devolver $ 6,5 millones de dólares y convertirse en los testigos estrella contra el expresidente de Corficolombiana.
Desde que comenzaron las investigaciones, Melo se ha mantenido en su posición de no aceptar ninguna responsabilidad. Sin embargo, las declaraciones de los brasileños lo ponen contra las cuerdas, además de las acusaciones de la Fiscalía que llevó a un testigo identificado como Mauricio Millán, quien aseguró que fue Melo el que aprobó el soborno al exviceministro de Transporte Gabriel García Morales.
El primero en hablar fue Luiz Bueno Júnior, exdirector de Odebrecht en Colombia, quien se mantuvo en su posición de señalar a Melo como uno de los responsables: “Al final de mi conversación con el señor José Elías Melo, le dije del acuerdo con Gabriel Ignacio [Gabriel García Morales,quien recibió un soborno de $ 6,5 millones de dólares para adjudicar la Ruta del Sol II], y él me dijo que iba a darle conocimiento a Luis Carlos Sarmiento Junior”.
Luis Carlos Sarmiento Junior, hijo del banquero colombiano dueño del grupo AVAL, es el presidente de la Junta Directiva de Corficolombiana, que también está integrada por Carlos Arcesio Paz Bautista, Alejandro Figueroa Jaramillo, Efraín Otero Álvarez, José Hernán Rincón Gómez, Guillermo Fernández de Soto y José Leibovich Goldenberg; y los suplentes: José Fernando Isaza Delgado, Jorge Iván Villegas Montoya, Juan María Robledo Uribe, Gerardo Silva Castro, Álvaro de Jesús Velásquez Cock, Santiago Madriñana de la Torre y Rodrigo Llorente Martínez.
Como argumento en su defensa, Melo ha asegurado que era imposible que el actuara sin que la junta directiva de Corficolombiana se lo aprobara, por lo que no tiene cabida su participación en el entrerramado de corrupción. Sin embargo, el argumento podría volverse en su contra y salpicar a los directivos de Corficolombiana.
Es la primera vez que se menciona formalmente a Sarmiento Jr. en la investigación del caso. Sin embargo, Bueno Júnior, quien volvió a asegurar que todos los movimientos y decisiones se las reportaba a Luiz Antonio Mameri, entonces vicepresidente de Odebrecht, aclaró que no puede comprobar si Melo le terminó comunicando al presidente de la Junta Directiva sobre el pago al exviceministro de Transporte García, quien ya fue condenado por el caso. Lo que sí confirmó fue las reuniones para acordar dicho soborno, que se habrían hecho en el apartamento del empresario Juan Manuel Barraza, esposo de la presentadora Andrea Serna y exsuperintendente General de Puertos de Cartagena.
Desde que comenzaron las investigaciones, Corficolombiana y el Grupo Aval, conglomerado al que pertenece, han insistido en que nada han tenido que ver en los sobornos y nunca tuvieron conocimiento de los pagos. Pero el testimonio de Bueno Júnior dice lo contrario. Según el exdirectivo de Odebrecht, fue a través del Banco de Bogotá, también del Grupo AVAL, que se hicieron los pagos por $ 6,5 millones de dólares, y fue precisamente José Elías Melo quien lo autorizó. Y para darle sustento a su acusación, Luiz Bueno Júnior además habló de su relación con Melo. Según el brasileño, sus visitas a las oficinas de Corficolombiana eran constantes, hasta tres por día.
Ahora el turno será para los otros dos brasileños que están dispuestos ha contarlo todo tras el beneficioso acuerdo al que llegaron con la Fiscalía y que fue respaldado por un juez de Bogotá. La audiencia contra José Elías Melo continuará mañana a las 9:00 a.m. con el testimonio de los directivos de Odebrecht y la defensa de Melo, que tendría dos caminos: o se hunde solo o prende el ventilador.
